El 15-M nació en vísperas de unas elecciones municipales y, cuatro años después y a través de diferentes artefactos políticos (las listas de confluencia, algunas con Podemos, otras no) esa indignación entró ayer con fuerza en las instituciones locales. PP y PSOE fueron los dos partidos con más votos y concejales, pero el bipartidismo tal y como se conocía hasta ahora se rompió ayer en el mapa municipal, del que prácticamente desaparecen UPD e IU, primeras víctimas del auge de Podemos y sus marcas electorales y de Ciudadanos. Un mapa que arroja otra conclusión: la entrada de nuevos actores conlleva el fin de las grandes mayorías y, por tanto, la necesidad de pactar.

En las elecciones de hace cuatro años, el PP ganó en votos y concejales, pero los populares pasan de acumular la mayor cuota de poder local de su historia (41 capitales de provincia) en el 2011 a ceder muchas plazas. Su victoria, además, con alrededor del 27% de los votos supone un descenso respecto hace cuatro años. El PSOE puede decir que lo del 2011, cuando solo ganó en cinco capitales, fue tocar fondo, pero no despega: el 25% de los votos que logró ayer no le bastan para ganar a un PP en caída ni para monopolizar el cambio en el mapa local.

Ese papel le corresponde a Podemos, pese a no presentarse con sus siglas en las municipales sino dentro de una amalgama de candidaturas populares, capitaliza la ruptura del mapa.

Madrid y Barcelona encabezan dos de esos vuelcos históricos. En Madrid, bastará con el apoyo del PSOE (tercera fuerza) para que Ahora Madrid, con Manuela Carmena, se siente en la alcaldía. Mientras que los barceloneses destronaron ayer a Xavier Trias y CiU para entregar la victoria --tan solo por un concejal-- a Ada Colau, líder de la plataforma de izquierdas Barcelona en Comú. Colau puede ser la primera mujer alcaldesa de la ciudad.

Con la decepción para los podemistas que supuso que el cambio en Valencia viniera de la mano de Compromís, La Coruña, Cádiz y Zaragoza se erigieron como las grandes plazas del cambio, en algunos casos con ajustados resultados. Ciudadanos se situó como tercer partido más votado mientras que IU pasó a ser la cuarta fuerza, en un duro resultado en el que logró solo un tercio de los votos de hace cuatro años. Solo las coaliciones salvaron las cuotas de poder de la coalición, al rebufo de las candidaturas de confluencia.

En Andalucía, donde los electores votaron por segunda vez en dos meses, el PP perdió sus ocho mayorías absolutas, cedió el poder en Huelva y aguantó con muchos apuros Sevilla. En Cádiz, la marca local de Podemos, Por Cádiz Sí Se Puede, le puso las cosas muy difíciles a la eterna Teófila Rodríguez, que al cierre de esta edición ganaba por muy estrecho margen.

En Galicia irrumpieron con fuerza las denominadas mareas (coalición de partidos nacionalistas, Izquierda Unida y Podemos), que lograron arrebatar las mayorías absolutas al PP en La Coruña, Santiago de Compostela y Ferrol. En Zaragoza, Zaragoza en Común le disputó la victoria hasta el último voto al PP. En el País Vasco, la gran noticia se dio en San Sebastián, donde por primera vez en 28 años el PNV ganó, derrotando a Bildu. El PNV también ganó Bilbao y el PP, en Vitoria. En Pamplona, UPN se impuso a Bildu.