El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) deberá reparar «de manera inmediata» el azud del Ebro. Al menos si acata el mandato del pleno municipal, que ayer aprobó con los votos de PP, PSOE y Ciudadanos (C’s) el inicio de los trabajos para arreglar la compuerta que se mantiene abatida desde hace ya 19 días. A esa conclusión se llegó tras un acalorado debate en el que, de nuevo, los tres partidos hicieron valer su mayoría ante un equipo de Gobierno al que acusaron de estar bloqueando estas obras por una cuestión ideológica, partidista. Por usar la avería «como una excusa» para «intentar cumplir su promesa electoral» de quitarlo.

Las posiciones de los diferentes grupos quedaron tan definidas como equidistantes. Y a pesar de que el próximo viernes se celebrará la primera reunión de la mesa técnica que plantea ZeC para discutir el futuro de esta presa que costó 25 millones de euros, no da la sensación que nadie espere mucho de ella. No al menos quienes, además de intencionalidad política, ven malicia en el momento escogido, cuando PP, PSOE y C’s trabajan en la liquidación de la sociedad que lo gestiona, Zgz@Desarrollo Expo.

Y de fondo, el debate en la calle: el «clamor social para que lo arregle», como defendía Pedro Navarro, del PP; o la necesidad imperiosa de evaluar el impacto que el azud ha tenido sobre el río en nueve años de existencia o la funcionalidad que tiene y tendrá después de que fracasaran todos los negocios para los que se creó, especialmente la navegación.

Esto subrayó Carmelo Asensio, de CHA, la única formación que se alineó con ZeC en el debate, y que defendió que «el régimen fluvial del Ebro se ha visto alterado» y ahora es imprescindible un análisis «con rigor y seriedad» de su función, «porque ya hemos visto lo que ha pasado con esos negocios que se vendieron como una oportunidad y han acabado siendo un fracaso».

No le apoyó el PSOE que, en boca de Marta Aparicio, manifestó que lo que explica todo es que el Gobierno «no quiere arreglar nada que tenga que ver con la Expo y el desarrollo que llevó a Zaragoza a ser una ciudad del siglo XXI». De hecho, le acusó de no haber «tenido el más mínimo interés por el mantenimiento». «Necesitaba una excusa para tirar a la basura 25 millones de inversión», añadió, al tiempo que auguró que «mucha mesa técnica, poco heterogenea y, al final, pocas decisiones».

ACTUAR PRIMERO // La responsable de Sostenibilidad, Teresa Artigas, le respondió igual de contundente: «200.000 euros cada año cuesta el mantenimiento del azud». En su opinión, «o se defiende al medio ambiente o a los intereses económicos», y en su caso, en la decisión a tomar «primarán los intereses del río». Su explicación casa con la de los grupos ecologistas: Millones de euros gastados en su construcción, dragados cada año, el rebaje de la solera del puente de Piedra... para acabar indemnizando a la empresa de los barcos. «Es momento de hacer una reflexión y que se tenga en cuenta también a quienes se les ninguneó hace diez años», dijo. A los que avisaban de que tendría afecciones en el río: más sedimentación, más temperatura, más microfitos, más mosca negra... Lo que ahora sucede.

«Hay que darle solución y luego debatir», defendió Alberto Casañal, de C’s, quien expuso que «cuando se te rompe una bombilla en casa, no se tira la lámpara». «Quieren vencer, no convencer», añadió Navarro, quien argumentó que ZeC bloquea la reparación «porque no quiere el azud» y, lo más importante, que si se elimina «nos cargaremos también el plan de riberas y las inversiones que se hicieron».