El Gobierno de Aragón fijó ayer que los comercios aragoneses de más de 300 metros podrán abrir 11 días en domingos y festivos este año. Se cierra así un largo tira y afloja entre PP y PAR. Los populares imponen su criterio en esta ocasión, frente a la propuesta de los aragonesistas, partidarios de 10 días. El Ejecutivo respeta además la propuesta del Ayuntamiento de Zaragoza y establece el Casco Histórico de la ciudad como zona de gran afluencia turística. Evita con la decisión nuevas polémicas con el consistorio.

Los días de apertura en domingos y festivos para 2013 serán el 7 y 13 de enero, 3 de febrero, 7 de abril, 5 de mayo, 7 de julio, 1 de septiembre y 1, 8, 15 y 22 de diciembre. Los ayuntamientos podrán sustituir hasta dos de los domingos y festivos de apertura autorizada para el 2013. El consejero de Industria y Comercio, Arturo Aliaga (PAR), pese a las reticencias de su formación, defendió la propuesta aprobada por el Gobierno como una opción que busca el "equilibrio" entre los pequeños comerciantes y las grandes superficies y entre las zonas rurales y las urbanas. "Se protege el interés de los consumidores y promueve la conciliación entre la vida familiar y la profesional", dijo.

Estos cambios quedarán reflejados en el decreto-ley de modificación de las leyes de ordenación de la actividad comercial y la de horarios comerciales y apertura en festivos. Se adapta así la normativa aragonesa al real decreto-ley de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y el fomento de la competitividad, aprobado por el Gobierno central en octubre.

En el texto se marca como zona de gran afluencia turística, y con libertad total de horarios, en la ciudad de Zaragoza el área perteneciente al Casco Histórico, y comprendida entre las calles avenida César Augusto, paseo Echegaray y Coso, incluyéndose ambos lados de las aceras, tal como quería el consistorio.

La normativa contempla más modificaciones. El límite máximo de horas de apertura durante la semana (de lunes a sábado) será de 90. Hasta ahora eran 72. Aunque cada comercio podrá adaptarlo a sus necesidades. También cambia el periodo de rebajas, que se amplía a tres meses. Cada comerciante tendrá libertad para establecer su duración --que deberá figurar desde el exterior, aunque el establecimiento esté cerrado--.