Los partidos de izquierda del Ayuntamiento de zaragoza protagonizaron ayer un agrio y bronco debate a propósito de la modificación de crédito que pretendía vaciar la partida presupuestaria dedicada al estudio y proyecto de la segunda del tranvía. La propuesta del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) ofrecía suplementar los recursos para el transporte público con 820.000 de los 874.000 euros que esta tenía, y dejarla prácticamente a cero (solo 50.000). Una decisión que salió adelante con los votos del PP, haciendo «una pinza que firma el acta de defunción de la segunda línea», y que representaba una «traición» a uno de los pilares fundamentales de lo que fue en el 2015 el pacto de investidura del alcalde Pedro Santisteve. Los conservadores, por su parte, se frotaban las manos, porque defendían que ZeC había aceptado que ese proyecto «es inviable», lo que siempre han defendido. Ciudadanos votó también en contra por quitar dinero también al plan de movilidad nuevo.

El Gobierno de ZeC explicó que en junio se tuvo que hacer frente a los 2,3 millones de una sentencia condenatoria firme por la revisión de precios del 2010 al 2012 de las líneas de bus rurales. Eso provocó que la partida presupuestaria para pagar el bus urbano fuera insuficiente y hubiera que implementarla ahora, antes de verse obligado a dejar de pagar a Avanza Zaragoza y sus impagos generen intereses de demora. «No nos cargamos nada, ni firmamos la defunción de nada», replicó el responsable municipal de Economía, Fernando Rivarés, quien, molesto con el PSOE, le recordó que «anda que no han votado cosas ustedes juntos». «Y está por demostrar que sea inviable», apostilló en referencia al PP.

Pero la foto ZeC-PP en la votación avanzaba imparable entre críticas de la izquierda. El socialista Javier Trívez insistió en la «traición» que esto suponía a las puertas de negociar el presupuesto del 2018, además del reconocimiento de una «infradotación», ya que la sentencia era de 2,3 millones y la modificación de créditos superaba los 3. El resto salía de la carga financiera (1,5) y del plan de movilidad (730.000 euros). ¿Para qué son los 700.000 euros de más?, preguntó, al igual que el nacionalista Carmelo Asensio, quien también lamentó que no se abonara con el Fondo Impulso estatal.

Para pagar mejoras «como la ampliación de la línea 32 hasta Santa Isabel que se estrenará este mes», replicó Rivarés, y que se negoció con CHA, precisamente. O para el desembolso de los buses de segunda mano que se pagarán a Avanza hasta tener los nuevos híbridos en diciembre.