El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) dio ayer el impulso definitivo a uno de los proyectos históricos que se podría convertir en realidad a finales del 2019 o principios del 2020. Se trata de la prolongación de la avenida Tenor Fleta y su entronque con el tercer cinturón en el barrio de San José, un vial que se contruirá sobre el cajón de vías del ferrocarril en Miraflores y que, según anunció ayer el responsable de Urbanismo, Pablo Muñoz, se ejecutará en un plazo de 12 meses y por un coste de 2.202.871,43 euros. Se rebajará ostensiblemente el precio del último proyecto redactado por el consistorio, en el 2011, que se valoró en 12 millones, seis veces más que ahora.

Se pone en marcha el proceso administrativo con vistas a salir a licitación «en julio», cuando se cumpla el preceptivo plazo de un mes en exposición pública. Una vez se lance el concurso público, en un plazo mínimo de cuatro meses se podrá adjudicar y, entonces, poner fecha al comienzo de los trabajos. Los cálculos de Muñoz pasan, aseguró, por comenzar los trabajos «a finales de año o principios del 2019», con lo que empezaría la cuenta atrás de esos doce meses que pondría la finalización de este vial en torno a finales del año próximo o comienzos del 2020. Eso sí, ZeC se aseguraría que el ciudadano, en periodo electoral, vea las máquinas trabajar sobre el cajón de vías.

EN PARALELO // Aunque para conseguirlo se ve obligado a trabajar «en paralelo» a la ejecución del proyecto que tiene en licitación el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) en el propio cajón de vías a la altura del actual Camino de Cabaldós. Un «puente» que salve el actual desnivel que existe entre los dos tramos diferenciados del cubrimiento, el más próximo a la calzada interrumpida de Tenor Fleta -ejecutado en el 2001- y el que enlaza con el tercer cinturón -hecho para la Expo del 2008 en el estreno del cercanías-. Estas obras comenzarán, previsiblemente, mientras se encuentra adjudicatario para el nuevo vial de titularidad municipal. Y solo falta, explicó Muñoz, que «Fomento dé el visto bueno definitivo» al proyecto que ahora saldrá a exposición pública.

La propuesta técnica que lanza Zaragoza ahora simplifica y mucho la que diseñó en el 2011, que costaba seis veces más. La calzada tendrá acera, carril bici y tres carriles de circulación, dos de salida y uno de entrada a la ciudad». la anterior idea contemplaba cuatro y eso exigía ensanchar la plataforma, el propio cubrimiento de las vías, para que se pudieran ejecutar.

Todo ese movimiento de tierras se ahorrará en el 2018. También la actuación en los taludes laterales, llamados a conectar este nuevo vial urbano con el parque de La Granja, el entorno de la estación de Miraflores y, al otro lado, la zona de viviendas y centros públicos colindantes. Ahora solo habrá una carretera de enlace, el futuro camino de Cabaldós que dará salida a La Granja y la estación a los vehículos, mientras los peatones dispondrán de dos escaleras laterales.

Otra de las soluciones técnicas que cambian es la del entronque con el tercer cinturón. Antes era una doble semiglorieta, a ambos lados de la Z-30, y ahora se queda en una, la que permitirá todos los movimientos de salida, hacia la carretera de Castellón y La Paz, pero solo un carril de entrada, desde Cesáreo Alierta y la A-68.

Esta es «la única gran obra de envergadura» que faltaba por iniciar para convertir en urbanas las vías interurbanas que existen en Zaragoza. La otra, la avenida Cataluña, ya está en obras.