La convocatoria de subvenciones del Plan Estatal ha servido al Gobierno de Aragón para elaborar una radiografía, muy a grandes rasgos, de la situación en la que es encuentra el parque de viviendas de la comunidad autónoma y cuáles son las necesidades de los propietarios de las viviendas. Haciendo una valoración general de las ayudas solicitadas han visto que la principal necesidad de los residentes es mejorar la accesibilidad de sus viviendas, sobre todo aquellas que no tienen ascensor.

La directora general de Vivienda y Rehabilitación, Mayte Andreu, explicó que la ciudadanía ha llegado a comprender que la accesibilidad va más allá de las personas de movilidad reducida, ya que afecta también a los carritos de bebé o a las personas mayores. En este sentido, la gran mayoría de las subvenciones solicitadas para rehabilitar las viviendas colectivas son motivadas por una mejora en sus zonas comunes para facilitar los movimientos de los vecinos.

Además, otro de los principales problemas a los que se enfrenta a la comunidad en materia de vivienda, es que todas aquellas edificaciones construidas antes de los años 80 muestran ausencia de aislante térmico. No es problema baladí ya que la inexistencia de aislamiento obliga a los residentes a aumentar el uso de combustibles para calentar la casa para aumentar la temperatura interior y provoca, además de mayor gasto energético y económico, posibles problemas para la salud.

La tercera cuestión preocupante que han visto desde el Gobierno de Aragón es que los edificios aragoneses tienen numerosos problemas con las cubiertas y los tejados. Además de por la edad de los edificios, las inclemencias del tiempo han favorecido el deterioro de las tejas de muchos inmuebles, sobre todo en el ámbito rural. El pedrisco y el viento, por ejemplo, dejaron graves afecciones en las comarcas aragonesas. Y es que el Plan Estatal de Vivienda no contempla las ayudas para este tipo de rehabilitaciones, que serían muy demandadas en Aragón. Este es uno de los motivos por los que desde la consejería se intentará negociar con el Estado para establecer unas competencias propias que faciliten el autogobierno en materia de vivienda y establecer unas subvenciones que tengan un efecto real sobre los problemas de los aragoneses.

"Nos falta mucha información de los pequeños municipios, ya que en muchos de ellos solo se ha podido intervenir mediante ayudas a la regeneración y renovación urbana (ARRU), pero no con la rehabilitación", explicó Andreu.