Con cinco meses y medio de retraso y una tramitación cargada de tensiones entre PSOE y Podemos, Aragón cuenta ya con presupuestos para este año. El elocuente gesto del presidente, Javier Lambán, al dirigirse hacia el escaño de Pablo Echenique nada más aprobarse los presupuestos fue el mejor reflejo de la tensión vivida durante este último medio año. Ayer hubo distensión después de meses de crisis interna.

Con los presupuestos en vigor a partir de que hoy se publiquen en el Boletín Oficial de Aragón, se gestionarán 5.577 millones de euros después de que las cuatro formaciones de izquierdas dieran su apoyo al proyecto del Gobierno, que contó con el rechazo del PP, el PAR y Ciudadanos. Eso sí, el apoyo de IU y Podemos fue muy crítico y la formación morada, que dio su apoyo tras una votación interna en la que participaron 2.000 simpatizantes de la formación, dejó entrever que serán los últimos presupuestos de la legislatura. Porque en la tribuna volvieron a lanzar un ultimátum a Lambán. «Esta es su última oportunidad», zanjó el portavoz de Hacienda de la formación, Héctor Vicente.

presupuestos sociales / Estos presupuestos, largos en una tramitación cuyo éxito ha resultado incierto en más de una ocasión, son «los peores de la historia» según el PP, «un regalo» para el consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, que ayer cumplía 68 años. Sin embargo, tanto el PSOE como CHA, partidos que sustentan al Gobierno, incidieron en que son unos presupuestos sociales, expansivos, que permiten prosperar gracias a la tímida recuperación de la economía. Unas cuentas, destacaron, que incrementa el gasto social frente al financiero.

Fruto de la difícil negociación que ha tenido que afrontar un Gobierno en minoría ha sido el elevado número de enmiendas aprobadas y que se han incorporado al texto final de la ley. Un 28% de las más de 1.100 que se presentaron. Concretamente, 308 enmiendas presentadas por los grupos, la mayoría de ellas de los partidos de la izquierda.

Pero gran parte de la tensión dialéctica, más allá de la lógica entre el PP y el PSOE, volvió a venir de la bancada de Podemos, el partido cuyo voto es imprescindible para que el Gobierno pueda sacar adelante sus proyectos de izquierdas, Héctor Vicente lanzó «un aviso a navegantes» al indicar que «terminamos la tramitación y empezamos la ejecución» presupuestaria. Vicente se dirigió a los Grupos de PP y PAR para espetarles que «cualquier alternativa hubiera sido peor», en el sentido de que «este presupuesto no es ideal, pero siempre va a ser mejor que uno suyo». Para el diputado y presidente del PP, Luis María Beamonte, «una oportunidad perdida para avanzar», según indicó en su cuenta personal de twitter.

La diputada del PAR, Elena Allué, se mostró especialmente preocupada por una de las cuestiones que más puede castigar al presupuesto: el escaso tiempo para ejecutarlos. Al aprobarse en mayo, y siendo que el año pasado se cerró la caja en agosto, apenas hay un margen de tres meses para afrontar todos los proyectos que supongan gasto público. Allué sospechó que estas «malas cuentas» tengan que prorrogarse el próximo año. El último complejo de una legislatura en la que un Gobierno en minoría depende en exceso de la voluntad de Podemos. Y la formación morada, aunque finalmente ha decidido dar su voto afirmativo a los presupuestos, ha protagonizado gran parte de su tramitación sabedores de que en sus manos estaba el resultado final.