El PSOE aprovechó el debate del estado de la ciudad para marcar diferencias y dejar bien claro que dentro de la izquierda hay diferentes formas de gestionar y trabajar por la ciudad. Este es el mensaje que quiso lanzar ayer el portavoz socialista, Carlos Pérez Anadón, que terminó su discurso recalcando que «hay una izquierda distinta capaz de pensar en las necesidades de los zaragozanos, con un proyecto de ciudad y de futuro». Y aún más, añadió la muletilla de que «nosotros no somos lo mismo», en referencia a Zaragoza en Común (ZeC).

Pérez Anadón fue duro en su discurso. No adelantó ninguna de las propuestas que presentará hoy para su votación. Prefirió destinar los más de 30 minutos de intervención a atacar a su rival, Pedro Santisteve, recordando todos aquellos intentos «fallidos» durante la legislatura, estancado en la «postverdad».

Justificó su apoyo de investidura alegando el voto de «coherencia» y admitiendo que «había gente que quería un cambio». Para el socialista, Santisteve y su equipo «han dejado de ser una ilusión para ser una inmensa decepción», entre otras cosas, porque los anuncios que realizó en el debate del estado de la ciudad del año pasado volvían a estar presentes ayer. Y, como ya sucedió entonces, las propuestas tampoco aparecen contempladas en el proyecto de presupuestos, como sucede con los planes de barrio.

Pérez Anadón acusó al Gobierno de ZeC de destinar el dinero a pagar a los bancos en lugar de invertir en la ciudad y, además, de hacerlo «mediante recortes». «Han paralizado la ciudad, lo dicen los datos: de cada 100 euros destinan seis a inversion». Como consecuencia, prosiguió, recortan la capacidad del ayuntamiento para generar empleo, algo imprescindible hoy en día. La línea 2 del tranvía crearía puestos de trabajo aunque, añadió, ZeC quiere sacarlo adelante «con la boca pequeña».

Respecto a sus relaciones, advirtió que hace un año, en ese mismo escenario instó al alcalde a amainar las aguas y no lo ha hecho. «El tiempo se ha terminado. Ha dejado claro que su apuesta es caminar en solitario», le advirtió a un alcalde que, a su juicio, «se dirige hacia un muro en el que acabará estrellándose» en lugar de trabajar por la ciudad, motivo por el que se mantiene paralizada .