La reforma electoral que, a tan solo nueve meses de los comicios municipales, promueve el PP para garantizar que en los ayuntamientos gobierne la lista más votada siguió cosechando ayer el rechazo del resto de partidos políticos, un rechazo unánime que el PSOE quiere aprovechar para crear un frente común. Según explicó ayer el nuevo secretario de organización de los socialistas, César Luena, el partido va a poner en marcha una "ofensiva" a la que pedirán que se sumen el resto de grupos políticos para crear así un "frente de oposición" contra lo que calificó de "una cacicada disfrazada de reforma". El Partido Nacionalista Vasco (PNV) fue un paso más allá y anunció su intención de llevar la norma ante el Parlamento Europeo para denunciar su carácter "antidemocrático".

"Lo que vamos a hacer es liderar un rechazo total porque la mayoría absoluta no se puede imponer a las formas democráticas", afirmó Luena en declaraciones a los periodistas durante un receso de una reunión con alcaldes de Castilla-La Mancha en Toledo. Entre las medidas que se incluyen en esta "ofensiva" de los socialistas se incluirá la presentación de mociones en los ayuntamientos.

OBJETIVO DEL PSOE El objetivo del PSOE es evitar que el Gobierno que lidera Mariano Rajoy apruebe haciendo uso del rodillo de la mayoría absoluta una norma que, a su juicio, debe contar con el "acuerdo mayoritario de las fuerzas políticas". Lo contrario "provocaría la mayor ruptura institucional desde la democracia, desde el año 1978, con consecuencias que no somos capaces de calibrar en estos momentos", manifestó el portavoz socialista en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez.

En el PP ya se han alzado algunas voces para reclamar un "consenso" alrededor de la reforma electoral. El miércoles fue el presidente de los populares de Guipúzcoa, Borja Sémper, quien afirmó que existen "determinadas materias que, por la trascendencia que tienen y porque deben prolongarse en el tiempo, necesitan de mucho consenso". Ayer, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, consideró que se trata de "una reforma de mucho calado" y, por tanto, "sería bueno que estuviera apoyada por los dos grandes partidos que hoy por hoy representan a un buen número de españoles".

EN EL PROGRAMA ELECTORAL Ana Botella recordó que el PSOE llevaba en su programa la elección directa de alcaldes. Un apunte que también sacó a colación el vicesecretario de política autonómica y local del Partio Popular, Javier Arenas, para afearle al actual secretario general socialista, Pedro Sánchez, su "incoherencia". A su entender, la explicación de que el principal partido de la oposición rechace ahora la reforma electoral es porque no quieren perder "el chollo" de lograr alcaldías sin ganar las elecciones.

El resto de grupos de la oposición también cargaron ayer de nuevo contra la intención del Ejecutivo conservador. El PNV avanzó que llevará al Parlamento Europeo una inciativa para denunciar la "antidemocrática" norma. En declaraciones a Onda Vasca, la eurodiputada penuvista, Izaskun Bilbao, criticó que el Gobierno de Rajoy esté promoviendo este cambio legislativo "en vísperas electorales y a todo correr"; un cambio legislativo que, añadió Bilbao, únicamente persigue "favorecer al Partido Popular". Por su parte, el coordinador federa de Izquierda Unida, Cayo Lara, calificó la reforma de "golpe de Estado a la democracia municipal".