La larga crisis económica que padece España ha obligado a la mayoría de las poblaciones aragonesas a hacer uso de la inventiva y a movilizar todos los recursos disponibles para mantener el nivel de las fiestas patronales. Los presupuestos dedicados a la programación de actos lúdicos, salvo excepciones, se han congelado o han disminuido durante casi una década.

Pero, aun así, gracias a fórmulas como el patrocinio, las subvenciones de las Administraciones y la colaboración de los vecinos, los espectáculos siguen adelante sin apenas perder en calidad e interés. Además, se deja en manos de las peñas la organización de toda clase de actos, desde meriendas populares a yincanas, como ocurre en Escatrón y Sos del Rey Católico.

La alcaldesa de esta última localidad, María José Navarro, subraya "la importancia de las subvenciones de instituciones y empresas, así como de la participación vecinal, a la hora de programar actos". Recuerda que existen concursos y juegos que apenas tienen coste y que, por otro lado, fomentan la colaboración entre los habitantes. Así, dice, se consigue que el presupuesto no exceda los 25.000 euros.

BONOS Y DONACIONES

En Escatrón es mucho más elevado, una cifra de 120.000 euros exactamente. "Pero hay que tener en cuenta que con esa suma se costean todos los actos lúdicos que se celebran a lo largo del año", precisa el alcalde, Juan Abad.

En Calamocha, el presupuesto festivo está congelado desde hace dos años y ronda los 100.000 euros, lo que les permite traer a toreros de la talla de Víctor Janeiro y a grupos musicales como Meccano. Se trata de una cantidad elevada, pero que, según señala el alcalde, Manuel Rando, disminuye en la misma medida en que aumenta la colaboración económica de los vecinos.

Los calamochinos pueden adquirir bonos de distintos importes, entre 10 y 50 euros, que les dan derecho a entrar en los espectáculos de pago. "Pero el ayuntamiento abona los gastos de los residentes que no pueden pagar por carecer de recursos", afirma Rando, que asegura que el consistorio emplea todos los resortes a su alcance para evitar que aumente el coste de las celebraciones.

José María Giménez, alcalde de Boltaña desde el 2015, se propuso desde que tomó posesión del cargo reducir el presupuesto de las fiestas, que se situaba en 60.000 euros, una cantidad que su partido, el PP, consideraba "excesiva". "El año pasado lo dejamos en 50.000 y este vamos a gastar 40.000", indica el regidor.

JUEGOS, VAQUILLAS Y MÚSICA

En la localidad pirenaica se combinan varias fórmulas para obtener fondos, desde la organización de una cena popular a la emisión de bonos, pasando por la solicitud de donaciones de los particulares. Sin embargo, se ha constatado que, con la crisis económica, los vecinos son cada vez más reacios a colaborar.

De ahí que Giménez apuesta, cada vez más, por buscar el patrocinio de distintas entidades, lo que ayuda a "mejorar el nivel de las actividades y a conseguir una programación lo más completa posible".

En Escatrón, Juan Ramón Lis, concejal de Festejos, considera que las vaquillas, junto a los juegos infantiles y las orquestas, constituyen la esencia de las fiestas locales que que se están celebrando este fin de semana. "Los festejos taurinos son un gasto relativamente importante y este año se han encarecido por los cambios que ha habido en la normativa", comenta.

Pero la contención o reducción del gasto no es una regla universal en toda la comunidad. En Huesca, por ejemplo, han pasado de los 220.000 euros del 2015 a los 240.000 de estos Sanlorenzos. Claro que, como dice la concejala de Fiestas, María Rodrigo, se han hecho grandes inversiones y cambios para devolver al centro urbano de la capital oscense el protagonismo de las fiestas.