Al llegar a la plaza de San Bruno, podemos encontrar el puesto de Aitor Vañó, un alicantino que con tan solo 24 años es experto en tallaje en madera mediante la técnica antigua.

Mientras se encuentra en el puesto, talla, vende y enseña a los más pequeños al mismo tiempo. Desde pequeño ha tenido muy clara su verdadera vocación y le ha guiado a su actual trabajo. «Me dedico exclusivamente a ir de feria en feria y poder mostrar esta técnica que está desapareciendo» y, a la vez, quiere enseñar «el oficio a los niños y por esto monto este taller, para que practiquen», confirmó.

El miércoles instaló su puesto y su especialidad son los relieves, las esculturas y los pirograbados, que son verdaderas obras de arte. También elabora elementos cotidianos en el día a día como bolígrafos, llaveros y utensilios de cocina «que puede servir como un regalo original».

El primer día ya ha notado que el calor zaragozano ha frenado la afluencia de público y auguró que por la tarde a última hora «vendrá más gente y, de momento, he tenido muy buenas vibraciones con la ciudad y con su gente». «Me han hablado muy bien de esta feria y he querido probar. Si sale bien, repetiré», concluyó.