La voz de los pensionistas se escuchó ayer con fuerza en todo Aragón. La comunidad, a pesar de la lluvia, vivió una jornada histórica. Nunca antes una protesta en defensa de las pensiones y la sostenibilidad del sistema público había logrado convocar a tanta gente. Y menos una impulsada y liderada por colectivos ciudadanos. La Delegación del Gobierno cifró en 6.000 los asistentes a la movilización de Zaragoza (una cifra exigua para los organizadores), mientras que la participación también fue alta en Huesca, Teruel y las otras siete localidades aragonesas que acogieron protestas.

El «éxito» de la convocatoria confirma que la indignación de los jubilados ante el empobrecimiento de sus pensiones no ha dejado de crecer en los últimos días, logrando incluso movilizar a otros colectivos. Ayer, la concentración de la plaza del Pilar, que comenzó a las 11.30 y concluyó una hora y media después, congregó sobre todo a pensionistas, pero también a muchas personas de mediana edad y a algunos (pocos) jóvenes. «Es una pena que no haya más juventud; parece que la gente no se entera de que esta es una lucha de todos porque ahora mismo la única perspectiva es que no vamos a tener pensión», destacó José Ignacio Andrés, un joven de 29 años que acudió a la protesta con dos amigas.

El amplio apoyo ciudadano, que ha desconcertado a muchos partidos e incluso a los sindicatos mayoritarios, tiene aún más mérito si se tiene en cuenta que el movimiento comenzó a fraguarse en Aragón hace solo un mes. la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones en Aragón, que ha sido el dinamizador principal de la protesta, se constituyó de forma oficial, y ajena a siglas y banderas, a finales de febrero. «Hoy hemos demostrado nuestra capacidad de movilización; el Gobierno debe saber que seguiremos convocando a la ciudadanía si no atiende a nuestras peticiones», advirtió ayer a este diario Esperanza Vázquez, integrante de la coordinadora. De hecho, ya están barajando convocar a partir de ahora una concentración todos los lunes a las 18.00 horas en la plaza España, así como una gran movilización cada mes.

La reivindicación fundamental de la plataforma, que en Aragón cuenta con el apoyo de colectivos como la FABZ, Frente Cívico, Jubilados Indignados o la Plataforma de Pensionistas de España por su Dignidad, es la derogación de la reforma que impuso el Gobierno del PP en el 2013, que sustituyó el IPC por un factor de sostenibilidad como índice de revalorización de las prestaciones. Este cambio legal ha provocado que las pensiones hayan subido un mísero 0,25% en los últimos cuatro años a pesar de la recuperación de la economía, que en el 2017 creció a un ritmo del 3%. En consecuencia, los pensionistas han sufrido desde entonces una pérdida de poder adquisitivo del 7%. Desde el 2010, el empobrecimiento aún es mayor: se estima en una media de 2.387 euros.

«También exigimos que las pensiones se conviertan en un derecho constitucional, pensando en la continuidad del sistema y para que nuestros nietos cobren prestación», apuntó Antonio, otro integrante de la coordinadora, que subrayó que lo único que tiene que tener el Gobierno es «voluntad política». En este sentido, recordó que España solo aporta el 10,5% de su PIB al sistema público de pensiones, frente al 14,5% de Alemania o Italia.

Las demandas del movimiento ciudadano no son muy diferentes a las de los sindicatos mayoritarios, que ayer realizaron una manifestación que comenzó en la plaza San Miguel a las 10.30 y confluyó en la concentración de la plaza del Pilar. «Esto es el inicio de una larga batalla porque las declaraciones de Rajoy de los últimos días no invitan al optimismo; eso sí, que sepan que más de nueve millones de votos pueden inclinar la balanza en unas elecciones», advirtió ayer el responsable de la Unión de Pensionistas de UGT Aragón, Tomás Yago.

Los partidos saben muy bien que los jubilados representan un gran caladero de votos. Los dirigentes del PP, por lo pronto, ya han cambiado el tono de sus declaraciones. «De momento se ha conseguido que el Pacto de Toledo se acelere y que el Congreso celebre un pleno monográfico del tema», destacó el líder de CCOO Aragón, Manuel Pina.

LAMBÁN APOYA LA PROTESTA

«Es indecente que el Gobierno no actualice las pensiones de acuerdo con la subida del coste de la vida», criticó el presidente de la DGA, Javier Lambán, tras participar en la concentración de Caspe. Por su parte, el alcalde Pedro Santisteve se dejó ver ayer en la plaza del Pilar.

A pesar de la lluvia, la movilización de Zaragoza (se celebraron protestas en casi cien localidades españolas) se desarrolló en un ambiente festivo. Por unas horas, los participantes se olvidaron de que más de 30.000 jubilados aragoneses cobran una pensión inferior a los 600 euros y entoran cánticos como Esta batalla la vamos a ganar, Es una mierda el 0,25% o Ni un voto más al Partido Popular. «Hay que decir basta; al parecer no hay dinero para las pensiones pero sí para rescatar a la banca y a las autopistas», denunciaba Manuel mientras la coordinadora leía su manifiesto en la plaza del Pilar. A su lado, una mujer sostenía una pancarta que resumía el sentir de todos los asistentes: A bancos ayudáis, a nosotros nos robáis.