No ha ocurrido como en EEUU, donde en algunos aeropuertos han tenido que suspender vuelos debido al calor (el aire caliente es más ligero y plantea problemas a la navegación aérea), pero Aragón también tuvo ayer su curiosidad. Tres municipios de la comunidad se convirtieron con sus máximas en los más calurosos de España, de Europa y casi de Oriente Medio.

Zaragoza, con 40,5º C de máxima, alcanzó este valor dos horas antes de lo que apuntaban las previsiones; Caspe registró 40,4º e Híjar aún lo superó en varias décimas y su mercurio se disparó hasta los 40,9º. Fueron las temperaturas máximas más elevadas del país, superando incluso a ciudades con habituales registros altos como Córdoba, las más elevadas del continente europeo y muy similares a las de Kuwait o Emiratos Árabes.

La situación no dejaría de ser anecdótica si no fuera porque se arrastran varias semanas con temperaturas por encima de lo normal para la época del año y porque la capital aragonesa en especial arrastra ya varias noches con mínimas por encima de los 20 º (conocidas como noches tropicales) que impiden el descanso.

Durante el día, la falta de viento y las temperaturas elevadas han hecho proliferar en la ciudad elementos muy propios del siglo XIX: las sombrillas o paraguas y los sombreros.

Y es que la sensación de que el sol este año «pica más» y aumenta el riesgo de quemaduras en la piel no es algo casual. La ola de calor ha aumentado la contaminación y ha alterado los valores del ozono. Además, el índice de radiación ultravioleta soscila en los últimos días entre 10 y 11, registros muy elevados que requieren protección extra.