Vivimos en un mundo en el que la inmediatez es un valor. Si la hamburguesa que deseamos la tenemos disponible ahora, sin tener que movernos de casa, el consumidor no duda en hacer click. Quizá sean esas las razones por las que la nueva versión de la mensajería inmediata, enmarcada dentro del comercio electrónico, está experimentando un crecimiento tan rápido en nuestro país. Las cajas de colores llamativos portadas por repartidores en sus bicicletas se han convertido en un elemento cotidiano más de la ciudad. Deliveroo y Glovo son las dos empresas de reparto de comida a domicilio que han visto Zaragoza como una ciudad idónea en la que consolidarse. La capital aragonesa es la ciudad española que lidera el crecimiento de los pedidos de comida a domicilio. Estas nuevas compañías desafían el modelo empresarial tradicional con una estructura mucho menor, cambian la manera que tienen los clientes de consumir en los restaurantes y modifican el concepto de comida rápida, que ya no está relacionada necesariamente con la denominada comida basura.

Glovo comenzó su andadura en la capital aragonesa a principios del pasado mes de septiembre. Su lema es «compramos, recogemos y entregamos cualquier cosa que necesites», aunque el 60% de los pedidos corresponden a alimentación. Nueve meses después de su implantación en Zaragoza, los pedidos que realizaron durante los primeros 30 días, se concentran en menos de una jornada. Es una forma de demostrar el rápido crecimiento que ha experimentado Glovo en Zaragoza, que cuenta con casi 80 establecimientos adheridos a su aplicación móvil y trabaja con más de 60 repartidores autónomos. De forma general, Glovo evoluciona a buen ritmo y crece más de un 25% mensual tanto en número de usuarios y en pedidos como en facturación. Es Zaragoza, precisamente, la ciudad que lidera el crecimiento comparado con la actividad registrada en Málaga y Sevilla.

Deliveroo, con su matriz en Reino Unido, aterrizó en la capital aragonesa el pasado mes de febrero y comenzó operando con una oferta de 40 restaurantes. En casi cuatro meses, la compañía ha duplicado sus establecimientos adheridos y «los pedidos han mejorado las expectativas iniciales hasta el punto de que Zaragoza se ha convertido en la ciudad que experimenta un mayor crecimiento», asegura la directora general de Deliveroo, Diana Morato. Aunque la empresa prefiere no comunicar el número de usuarios que utilizan la aplicación y el número de repartos que realizan, sí que afirman que cuentan con casi 50 repartidores autónomos en la capital aragonesa. La mayoría de ellos tienen menos de 35 años, la mayor parte usa la bicicleta para trabajar y suelen ser estudiantes.

UN CANAL DE VENTA ‘ON LINE’ / Diana Morato recuerda que al llegar a Zaragoza tenían que contactar ellos con los restaurantes pero ahora son ellos los que se interesan en trabajar con Deliveroo. «En algunos restaurantes el 30% de su facturación dependen del delivery (reparto)», asegura Morato. Deliveroo hace de intermediario entre establecimientos y clientes finales. «Ofrecemos al restaurante un canal de venta on line y la posibilidad de llegar a más gente», indica Morato. La directora general de la firma recuerda que el año pasado Deliveroo «creció un 650% a nivel global» y en Zaragoza la compañía prevé «duplicar los pedidos cada cuatro meses» como ha sucedido hasta el momento.

Zaragoza siempre ha sido un campo de pruebas para testar productos y servicios y el sector del reparto a domicilio no ha sido una excepción. La capital aragonesa forma parte de la lista de las primeras ciudades en las que está presente Glovo, junto con Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga; y entre las elegidas por Deliveroo junto con la capital española, la ciudad condal y Valencia. ¿Por qué Zaragoza? El responsable de marketing de Glovo, Marc Pelejà explica que «la ciudad ayuda porque tiene una extensa línea de carril bici». De hecho, asegura que la capital aragonesa «es la única española cuya flota de bicicletas supera a la de motos». La CEO de Deliveroo, Diana Morato, enumera como puntos fuertes de la urbe su situación, «sus buenas comunicaciones», «una población mayor a 600.000 habitantes» y «su buena dinámica económica».

UN MODELO DIFERENTE / Estas empresas, que han llegado recientemente a Zaragoza, conviven ahora con La Veloz, una cooperativa aragonesa que nació en el 1993, pionera en el reparto a domicilio en bicicleta. Se dedican al transporte urgente de documentación y pequeña paquetería y distribuyen también productos procedentes de la agricultura ecológica a distintos puntos de la ciudad. Sin embargo, estos reconocen que la llegada de Glovo y Deliveroo a la capital aragonesa no les ha afectado en su carga de trabajo habitual.

La Veloz comenzó su andadura justo un año después de la crisis económica de 1992 como «una necesidad de autoempleo» y actualmente está liderada por cuatro socios y cinco trabajadores contratados. No disponen de una aplicación móvil, trabajan para todo tipo de empresas y el precio del servicio de recogida y entrega ronda los 9 euros. ¿Piensan adaptarse a los nuevos tiempos? Uno de los socios, Óscar Vidal, lo descarta. «No tenemos pensado copiar estos nuevos modelos porque pensamos que fomentan la precariedad», señala. Por el contrario, La Veloz ofrece contrato de lunes a viernes, en su mayoría a tiempo completo, a todos sus repartidores y les proveen de vehículo.