Sujeto, verbo y predicado: "Aragón liquidará el presupuesto del 2013 con un déficit del 1,2%". Así de simple fue el órdago que lanzó la presidenta del Ejecutivo al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Y eso que no le van a Luisa Fernanda Rudi las confrontaciones con el Gobierno central. Menos aún si es el mismo color político. Ayer en el Parlamento hizo una excepción. Sea cual sea el acuerdo que se adopte en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, la comunidad mantendrá ese porcentaje, avalado por Bruselas. En ningún caso por debajo.

Rudi respondía con este desafío a las dudas de la oposición, muy crítica ante la posibilidad del déficit asimétrico. Pero ante todo lanzaba un mensaje a su socio, el PAR, cuyo portavoz, Alfredo Boné, advirtió que no aceptarán que Aragón salga perjudicada en los nuevos objetivos de déficit. "Si se impone habrá problemas. No vamos a permitir que se vaya a otros territorios ni un euro de los que le corresponderían a esta comunidad", dijo.

DESOBEDIENCIA La presidenta intentó ser rotunda, aunque sin entrar en afrentas del estilo extremeño. Así lo transmitirá también el próximo lunes en la reunión de barones que mantendrá en Madrid y que estará presidida por Mariano Rajoy. La posición de Aragón es firme: no al déficit asimétrico y desobediencia si el planteamiento pasa por fijar un objetivo para la comunidad que esté por debajo del 1,2%. Una posición refrendada por la tarde por todas las fuerzas políticas que apoyaron una moción del PSOE contra la asimetría.

Por la mañana, aprovechando la presentación del plan de empleo del Gobierno por parte de Rudi, los portavoces insistieron en que déficit no debe beneficiar a las comunidades incumplidoras. "Doy por hecho que votaremos en contra. La presidenta hizo en su día un llamamiento a la rebelión, y quizás ha llegado el momento", subrayó el portavoz de CHA, José Luis Soro.

El líder de los socialistas, Javier Lambán, invitó a Rudi a "aparcar" la rigidez del déficit porque esa es, dijo, la "única salida" para volver a la senda del crecimiento y la creación de empleo. La presidenta parece dispuesta a ello, atenazada por los malos resultados del paro y por un pacto de Gobierno que la obliga a tomar medidas urgentes.