La presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, ocupó dos tercios de su intervención en el debate sobre el Estado de la Comunidad autónoma para defender y justificar los recortes de su primer año de mandato de una legislatura que definió como la de "la rebelión social contra la resignación y a favor de una nueva manera de hacer política", después de años de "irresponsables políticas en el ámbito nacional". Una peculiar forma de definir el año de gestión de su Gobierno, 12 meses de duras reformas, abundantes protestas en la calle, sin apenas indicios de que mejore la economía y la situación de miles de personas en un discurso en el que apenas hubo referencias a ellos. Apenas se habló de trabajadores y de desempleados. Hoy, con las intervenciones de los grupos parlamentarios, la presidenta afinará más su intervención de ayer y entrará al debate con el resto de posturas en el Parlamento autonómico.

Rudi también dedicó gran parte de su tiempo para presumir de gestión, gracias a la cual se están comenzando a percibir signos de cambio. Se cumplirá con el déficit y, si las comunidades comienzan a ser "motor" y dejen "de ser lastre", se volverá a crecer. Veladamente, rechazó las críticas y las protestas ante los recortes y defendió el sistema de bienestar para todos, aunque siempre respetando los criterios "de eficiencia".

El último tercio de su intervención lo dedicó a anunciar tímidos proyectos la mayor parte de ellos pequeñas deducciones en el IRPF autonómico, modificaciones legislativas y algunas nuevas, como la de la Función Pública o la de Transparencia. Lo que dejó claro es que el Aragón de los grandes proyectos se ha acabado. Al menos, a tenor de su discurso, en el que no hubo ni una propuesta en este sentido.

Entre los anuncios que realizó, destacó que la comisión bilateral con el Estado volverá a reunirse el 22 de octubre y aseguró que está "muy avanzada" la elaboración de un proyecto de ley de Transparencia, Participación Ciudadana y Buen Gobierno, una ley de mecenazgo, otra de actividad física y deporte, la ordenación universitaria y una de Calidad de Servicios públicos. También informó de que está a punto de conseguirse que el Instituto de Arte Contemporáneo Pablo Serrano sea la sede de la colección permanente de la obra pictórica de Pilar Citoler, a punto de irse a Andalucía.

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Hubo más anuncios, como que se adecuará las ayudas del Ingreso Aragonés de Inserción para familias sin recursos "a la actual situación de demanda" y se creará "la primera fase del Servicio de Emergencias Sociales de Aragón", con un protocolo único de actuación. Se integrarán servicios sanitarios en un solo centro, seguirán "reordenando" el sistema de atención a los dependientes con el refuerzo de la red de centros públicos, y garantizó la asistencia sanitaria para todo el que la necesite, independientemente de sus recursos económicos y su situación legal.

En materia educativa, una de las áreas donde su gestión ha recibido más contestación social. Defendió haber igualado la educación pública con la concertada, anunció que el primer trimestre del próximo año se presentará el modelo de bilingüismo en Aragón (que ya existe actualmente con buenos resultados) y un "catálogo de programas educativos" que ofertará todos los planes a los que se pueden acoger los centros y luego evaluarlos. Asimismo, y tras la supresión de la gratuidad de los libros de texto, sí que planteó bonificaciones por la compra de libros escolares en la cuota autonómica del IRPF en función de la renta familiar.

En el capítulo de deducciones, también anunció una para los propietarios de viviendas que las alquilen en las condiciones del plan de Vivienda Social diseñado por el Ejecutivo.

CERCANÍAS

En una intervención en la que no hubo menciones a las relaciones del Gobierno de Aragón con la capital de la comunidad autónoma, Rudi si anunció que apostará el próximo año por la llegada de Cercanías a Plaza y por las comunicaciones transfronterizas, como la travesía central y el Canfranc. Presumió de avances respecto a lo hecho en los últimos años, a pesar de que apenas ha habido diferencias y no ha habido inversión. Lo mismo sucedió con el carbón. Anunció que seguirá defendiendo los intereses del sector en la comunidad autónoma, aunque ello suponga enfrentarse al Gobierno central. Incluso aventuró que hay minas en Aragón que pueden sobrevivir sin ayudas incluso más allá del 2018. Durante una buena parte de su discurso, que duró 71 minutos se dedicó a defender reformas de eficiencia y anunció que una de las propuestas de resolución del PP y el PAR será para crear una ponencia que estudie la modificación de las estructuras territoriales aragonesas.

La intervención de Rudi tuvo un transfondo que sobrevoló durante la introducción y su cierre. Fue el de que este Ejecutivo pretende consolidar un cambio de mentalidad en la ciudadanía, se defienda lo público de otro modo y se aspire a un modelo sin depender de los demás.

Sin alusiones concretas, si reprochó a quienes han liderado las protestas, frente a su "rebeldía aragonesa" de buen gobierno. "La actitud inmovilista de quienes se oponen a las reformas merece algunas preguntas y debe algunas respuestas. Con nuestras cuentas públicas en situación de quiebra y sin acceso a las fuentes de financiación, ¿no hay que hacer nada? Con la Sanidad quebrada, ¿no hay que hacer nada? Con un sistema educativo que produce resultados de aprendizaje claramente inferiores a los países europeos de referencia, ¿tampoco hay que hacer nada?", se preguntó retóricamente, a la vez que aseguró que estaba cumpliendo con su programa de reformas y su voluntad de cambio de mentalidad.