La primera toma de contacto ya se ha llevado a cabo. El secretario general socialista, Pedro Sánchez, mantuvo ayer conversaciones con los líderes de Podemos y Ciudadanos, Pablo Iglesias y Albert Rivera, para explorar la posibilidad de pactos tras las elecciones autonómicas y municipales del pasado domingo.

Sánchez habló por teléfono con ambos dirigentes y quedó en reunirse tanto con Iglesias como con Rivera en las "próximas semanas", según fuentes de la dirección socialista. Fueron conversaciones genéricas, sobre el resultado de los comicios, sin entrar en las posibilidades que se abren en los distintos territorios.

Los líderes de las tres fuerzas, así como el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, estarán el viernes en Sitges en la reunión del Foro de la Nueva Economía. Sin embargo, aún no está claro que vayan a coincidir, ya que puede que sus visitas a dicho encuentro se produzcan en momentos distintos de la jornada.

Con estos contactos, Sánchez pretende hacer una primera aproximación, desde la posición de liderazgo frente al PP que le otorgaron las urnas, a las alianzas que sus candidatos tendrán que sellar con Podemos y Ciudadanos para desbancar a los conservadores en varios ayuntamientos y comunidades. Sobre todo con el partido de Iglesias, al que los socialistas necesitan, por ejemplo, en Aragón, Castilla-La Mancha y Extremadura. A la inversa, Podemos requiere de la colaboración del PSOE para alcanzar las alcaldías de, entre otros municipios, Madrid y Cádiz.

Aun así, Pedro Sánchez rechaza un pacto global con Podemos en todo el Estado. La dirección del partido ha dado margen a los candidatos para las negociaciones específicas, siempre en sintonía con el programa del PSOE, y no teme que se vayan a producir extrañas alianzas dentro de un planteamiento que solo excluye al PP y a Bildu.