El paso de Pedro Santisteve por la política pasará a la historia por ser el primer alcalde de Zaragoza reprobado por todos los grupos de la oposición, de izquierdas y de derechas. También lo hará por ser el primer edil reprobado a iniciativa de un partido que en su día le dio su voto y su confianza para estar al frente de la alcaldía, CHA. Se trata del único con el que todavía tenía cierta sintonía y margen de negociación y que ayer quedó constatado que, además de haber perdido al PSOE como aliado, también se ha dejado a CHA en el camino. «Ya no son Zaragoza en Común, son Zaragoza en soledad», dijo su concejal, Carmelo Asensio.

El pleno de ayer, convertido en una sesión monográfica sobre el golpe de mano de Santisteve para tomar el control de las sociedades el pasado 9 de febrero, fue bronco, agresivo y decisivo ya que evidenció una ruptura difícil de salvar que ha puesto en jaque el futuro de la gobernabilidad. Al margen de las gestiones ordinarias, va a ser difícil que el Gobierno municipal saque adelante grandes proyectos.

Las negociaciones previas a sus anuncios y las reuniones privadas entre la izquierda ya son pasado, y sin los acuerdos en los despachos, que pretenden contentar a los socios de gobierno y aunar propuestas, ZeC lo tiene muy complicado.

ESTRATEGIAS

La oposición se presentó en el pleno unida, con un discurso compacto y con los deberes bien hechos. Cada formación había registrado una moción -resultado del informe jurídico- con la que busca devolver la normalidad a Ecociudad, Zaragoza Vivienda, Zaragoza Cultural y Zaragoza Deporte.

ZeC desarrolló una estrategia de ataque contra PSOE y, especialmente, contra CHA. Santisteve llegó a decir que eran la «comparsa» del Gobierno municipal, algo que no gustó nada a la formación. Los concejales que defendieron las diferentes mociones, Alberto Cubero, Pablo Híjar, Pablo Muñoz -muy agresivos en su tono- y Luisa Broto repitieron la misma idea: cómo es posible que la izquierda se alíe con la derecha y que sus iniciativas busquen «bloquear» la gestión municipal.

Estos fueron los dos argumentos que utilizaron durante la sesión, acompañados de reivindicaciones sobre las pensiones, encarcelamientos de raperos o confiscaciones de libros, como enumeró Cubero. «La izquierda ha renunciado a sus ideas y se ha unido para tratar de menoscabar el cambio que hemos traído», afirmó Muñoz, que declaró que «al pueblo se le respeta defendiéndolo, no bloqueando los proyectos».

Santisteve, que tomó la palabra al término del debate, es decir, sin opción a réplica de los grupos, trató de hacer hincapié en que los acuerdos -que los ha habido- no solo se consiguen en los consejos de administración sino en el día a día, e insistió en que la polémica decisión trata de cumplir con la Ley de Capitalidad, avalada por juristas y Las Cortes. «La izquierda está trabajando en un modelo de ciudad compartida», explicó. «La democracia no es controlar el chiringuito y asegurarse el sillón. Tenemos más intereses para los ciudadanos». La oposición repitió en bucle las afirmaciones de «golpe de Estado» o «golpe a la democracia» de Santisteve por una «decisión antidemocrática» que ha restado representatividad en los consejos de administración y roto el acuerdo de la junta de portavoces de julio del 2015. Según Broto, «las circunstancias han cambiado» y por eso ese pacto ya no tiene validez.

Carmelo Asensio (CHA) aseguró que presentar la reprobación no había sido fácil. Admitió que han ido de la mano de ZeC en numerosas ocasiones y votaciones pero, dijo, «nos sentimos defraudados porque depositamos muchas confianza en vosotros y pensábamos que iba a ser un cambio para Zaragoza». «¿Qué tipo de izquierda sois si os comportáis como la peor derecha recortando derechos?», cuestionó. «¿En qué sillón se han dejado los principios de la izquierda?», añadió.

¿Y AHORA QUÉ?

Para el portavoz del PSOE, Carlos Pérez Anadón, Santisteve ha demostrado que «ni ha respetado ni respeta la voluntad de los ciudadanos» al obviar la representatividad de los grupos. «Es un autócrata de manual, un alcalde acomplejado que está más pendiente de sus propia supervivencia», le espetó. A su juicio, el regidor «llegó a la alcaldía con una mochila vacía de proyectos pero a rebosar de prejuicios».

El concejal del PP, Pedro Navarro, calificó al alcalde de «cobarde» y de ser incapaz de debatir sobre sus motivaciones para acabar controlando las sociedades municipales. «Hoy se le reprueba por su falta de palabra y de lealtad», aseguró. Para el portavoz popular, Jorge Azcón, ZeC «habla de trincheras, bandos y confrontación porque no le interesa hacerlo sobre de gestión. Ustedes no son diferentes, son peores».

La portavoz de Ciudadanos (Cs), Sara Fernández, le recordó a Santisteve que si ambas formaciones están en el consistorio fue por el hartazgo y la necesidad de romper el bipartidismo. En cambio, añadió, sigue habiendo contratos «a amigos, subvenciones a amiguetes e informes en los cajones escondidos». «Decidieron echarnos de los consejos de administración de una manera cobarde, avisándonos por carta», le reprochó a Santisteve.

ZeC podrá gestionar a su antojo los 17 millones que ya ha transferido a las sociedades, pero los 53 restantes dependerán del pleno, como así aprobó ayer PP, PSOE, Cs y CHA. También se aprobó modificar el reglamento municipal para que incluya en su articulado cómo debe ser la composición de los consejos de administración, es decir, como eran hasta ahora, respetando la representatividad plenaria. En este caso, el Gobierno de la ciudad tiene poder de decisión para cumplir la moción. Igual que para iniciar los trámites e informes para convertir las sociedades en empresas públicas.

Todo puede cambiar si DGA y Estado alcanzan un acuerdo sobre el cuestionado artículo 14 de la Ley de Capitalidad y el «uso torticero», según la oposición, que Santisteve ha hecho para sus intereses. También cabe la posibilidad de que el Estado la recurra ante el Constitucional. En ese caso, todo lo sucedido hasta ahora quedará en papel mojado.