Pedro Santisteve hizo ayer un llamamiento a la calma y a la tranquilidad por la mañana y, por la tarde, después de reunirse con los portavoces de la oposición solo consiguió remover todavía más las aguas. El alcalde de Zaragoza desoyó la petición en bloque de los grupos municipales, que instaban el regidor a que diera marcha atrás y anulara su decisión de que el Gobierno de Zaragoza en Común (zeC) controle el 100% las sociedades municipales y decidaen solitario cómo gastar los más de 70 millones de euros que mueven.

No solo obvió su solicitud, sino que ZeC comenzó a enviar las primeras convocatorias de los consejos de administración para ratificar los nuevos nombramientos de Zaragoza Vivienda, Zaragoza Deporte, Zaragoza Cultural y la polémica Ecociudad. Todos los grupos anunciaron que no asistirán a ningún consejo -el de Ecociudad será mañana- y que tampoco irán a la reunión de hoy del patronato de Turismo ni a la de la Fundación Zaragoza Conocimiento. Un gesto que para el Gobierno de ZeC es una «irresponsabilidad». Además, solicitarán la convocatoria de un pleno extraordinario para tratar de reconducir la situación.

PRESUPUESTOS

En este clima de tensión todo apuntaba a que los presupuestos del 2018, pendientes de su aprobación definitiva, se tambalearían. Por la mañana eso parecía, después de que CHA insinuara que no los apoyaría. Sin embargo, tras reunirse el Consello Nazional, presidido por José Luis Soro, consejero en el Gobierno de Lambán, cambió su postura y dijo que «por supuesto» que lo hará, y eso que su intención es dejar a ZeC «en la soledad más absoluta», según declaró el portavoz de CHA, Carmelo Asensio. Una actitud que, según Santisteve, era «hipócrita».

Para entender este cambio hay que mirar el calendario, sobre todo el de la DGA. El próximo 26 el pleno del ayuntamiento aprobará de forma definitiva las cuentas. Y, dos días después, el 28 lo hará el Gobierno de Aragón (PSOE-CHA), que necesita de Podemos para sacarlas adelante. Este es uno de los motivos por los que ni PSOE ni CHA están dispuestos a votar en contra de las cuentas municipales, pese a su gran enfado por el «golpe democrático» dado por Santisteve. Esta dependencia entre instituciones está directamente relacionada con el rechazo a presentar una moción de censura.

GOBERNABILIDAD

Quizá sea también por esta razón por la que el alcalde se mostró muy seguro por la mañana de que los presupuestos no corren ningún peligro. «Lambán ya ha dicho que no votará en contra y CHA que había que desvincularlo. Hay que dejar de hablar del presupuesto como si fuera un rehén», declaró el primer edil. Tampoco dudó en que la gobernabilidad no corre peligro.

Santisteve dejó bien claro que no rectificará porque su decisión se ha hecho «conforme a la legalidad vigente», en referencia a la Ley de Capitalidad, y por motivos más que demostrados, como es el bloqueo constante por parte, principalmente del PSOE, como es el caso de la reforma del antiguo cuartel de Pontoneros. Para el presidente de CHA, José Luis Soro, la norma «no obliga a expulsar a la oposición de los consejos de administración» de las sociedades, por lo que, a su juicio, se trata de una «excusa» para tomar una decisión «antidemocrática». Por su parte, el regidor aseguró que «no se ha excluido» a ningún grupo de los consejos porque todos tienen representación. Lo que no dijo es que solo habrá un puesto por formación, de manera que la oposición nunca sumará mayoría. Es decir, que se vote lo que se vote, ZeC siempre va a tener la última palabra.

Mientras Santisteve pronunciaba estas palabras sobre las 11.30 horas, PP, PSOE, Cs y CHA mantenían una reunión con la que pretendían definir qué pasos podían dar para tratar de frenar la decisión del Gobierno municipal. Acordaron convocar una junta de portavoces extraordinaria que se celebró por la tarde y salirse de los consejos de administración de las sociedades.

Este era el primer paso, pero no el último ya que la junta se celebró a las 17.00 horas y no sirvió de nada. Una hora duró la reunión, presidida por Santisteve.

Según explicó el portavoz de ZeC, Pablo Muñoz, se tendió la mano a los grupos para negociar previamente todos aquellos proyectos que se pretendan sacar adelante en los consejos, como Pontoneros.

Los grupos reiteraron las palabras del viernes. El portavoz del PSOE, Carlos Pérez Anadón, criticó que el alcalde «defienda el sectarismo como método de actuar en política» y aseguró que harán todo lo que esté en su mano para recomponer la situación y no dar «todo el poder a los soviets». Según el portavoz del PP, Jorge Azcón, la junta solo ha servido para «oír que la cacicada se hacía realidad de boca del cacique», en referencia al alcalde. «Santisteve ha quedado como lo que es: alguien en quién no se puede confiar».

Desde Cs, Sara Fernández, acusó de «traición» al regidor por romper el acuerdo de junta de portavoces del 2015, por que el se decidió cómo se regiría el ayuntamiento, e instó a PSOE y CHA a que no apoyen las cuentas. «Sería lo deseable», indicó. Desde CHA, Carmelo Asensio aseguró que la legislatura estaba «muerta y de luto por la democracia». «No nos gusta su decisión porque vulnera los derechos democráticos».