No ha sido un verano tranquilo para el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón, aunque las vacaciones han reducido considerablemente el volumen de las protestas de la comunidad educativa contra los recortes. Pero el inicio del mes de septiembre ha rescatado aquel tono elevado que pregonó a los cuatro vientos, sobre todo durante la segunda mitad del curso pasado, el descontento de docentes y familias contras las medidas de ajuste impuestas desde Madrid y asumidas por el Ejecutivo autonómico.

El inminente comienzo de las clases --el lunes en Infantil y Primaria y el 14, en Secundaria-- viene precedido de otro repaso a la consejera, Dolores Serrat, que ha visto cómo se reactivaban las protestas en contra de su gestión y se sucedían las peticiones de dimisión por parte de docentes, padres, formaciones políticas o sindicatos. Primero fue el error en la baremación de las solicitudes de ayudas para material escolar y comedor lo que soliviantó los ánimos de las familias, muchas de las cuales han permanecido activas durante todo el verano organizando el denominado banco de libros, una medida destinada a la donación y reutilización del material en los centros para evitar el desembolso de padres con escasos recursos. Gran parte de ese material ya se ha entregado a los alumnos a lo largo de los primeros días de este mes.

El fallo, asumido por el departamento, fue un punto de inflexión a partir del que se endurecieron las protestas. Porque septiembre también ha reactivado las críticas de los directores de centros, que mantienen su disposición a llevar a cabo una dimisión en bloque. Serrat, eso sí, se ha reunido con representantes de este colectivo en las tres capitales de provincia aragonesas. La crispación no ha escondido a la consejera, que fue acusada de impedir la entrada a miembros del colectivo Marea Verde en el acto celebrado el pasado jueves con equipos directivos de los centros zaragozanos.

RECORTES Y HUELGA Mientras, auxiliares de Infantil o monitores de comedor tiemblan ante posibles recortes de personal provocados por el aumento de ratio en las aulas o el incremento en un 25% de lo que costará a las familiar dejar a comer en el colegio a un alumno de un centro público.

Así, la amenaza de huelga se cierne en vísperas del regreso a unas aulas que, según los cálculos del departamento, contarán con 450 docentes menos que el curso pasado. A los sindicatos y a Marea Verde no le salen los cálculos y sostienen que la Administración olvida las jubilaciones no cubiertas y las contrataciones a tiempo parcial.

Las movilizaciones, pues, están servidas. Una marcha ciclista que partirá mañana a las 10.00 horas del Parque Grande hasta alcanzar, a las 12.00, la plaza del Pilar, será la última previa al inicio de curso. Septiembre ha traído el final de la tregua y advierte de un regreso a clase complejo. Educación presume de que las medidas adoptadas en Aragón son mínimas comparadas con las acometidas en otras comunidades y acusa a los sindicatos de calentar los ánimos. Estos, por su parte, censuran la falta de negociación de la DGA y le acusan de falsear los pocos datos que facilita.