El experimento de Catalunya Sí que es Pot, que suponía el primer examen serio de Podemos en Cataluña, cosechó un importante revés. La coalición consiguió a duras penas 11 escaños y el 9% de los votos, un registro peor que los 13 diputados que los ecosocialistas obtuvieron en solitario en el 2012. El candidato Lluís Rabell asumió sin ambages que su lista no ha conseguido auparse como alternativa a Artur Mas ni ser la primera fuerza progresista en el Parlamento catalán.

Rabell compareció junto con los máximos dirigentes de ICV, de EUiA y de Podem Catalunya, pero ningún dirigente estatal del partido lila, pese a que ha monopolizado la campaña. Rabell evitó pronunciar la palabra fracaso, pero sí que dijo: "No hemos alcanzado nuestros objetivos". ¿El motivo? la "extrema polarización" de la campaña entre el sí y el no a la independencia.

Desde Madrid, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, admitió que el resultado había sido "claramente decepcionante" y que deja Cataluña en una situación de callejón sin salida. "Hemos apostado por escuchar, por el sentido común y por la responsabilidad de Estado", y "está claro que no ha funcionado".