Hasta este verano, eran "intocables". La confianza de Agapito Iglesias en Antonio Prieto, director deportivo, y Pedro Herrera, secretario técnico, era absoluta. Ayer, lo más que dijo fue "confío en mi gente" y que el director deportivo "está trabajando y dando la vida por el Real Zaragoza". No nombró a ninguno de los dos, pero sí insistió en varias ocasiones en que, en el futuro, puede haber cambios en la estructura deportiva del club y que cada uno tendrá que asumir la responsabilidad que tiene encomendada en el organigrama. Ni Prieto ni Herrera contaron con el respaldo público que Agapito concedió a José Aurelio Gay.

"Desde mayo hay responsables en cada área y cuando tengan que dar la cara la darán y asumiremos los cambios oportunos. Cada uno de los que trabajan en el club tienen una función y una responsabilidad", insistió el presidente, recalcando que "no es el momento de cambios en la estructura deportiva". Agapito dejó la puerta abierta de par en par a la salida tanto de Antonio Prieto, a quien trajo él, como de Pedro Herrera, que lleva desde mediados de los noventa en la secretaría técnica del club.

Prieto y Herrera son los responsables de la confección de la plantilla y, si el cambio no se produce antes, serán quienes tengan que acudir al mercado invernal para intentar solucionar los deficits con los que cuenta el equipo, que ahora mismo es penúltimo en la clasificación. Agapito pidió tranquilidad y normalidad para el trabajo de Gay y los jugadores, a quienes no dudó en mostrar todo su apoyo público.

"Admito críticas deportivas y, si al final de la temporada se tiene que ir alguien, se irá. Si hay que hacer cambios estructurales en la dirección deportiva se harán en su momento", reiteró el presidente. Sin mencionarlos durante los cincuenta minutos largos que duró su comparecencia, Agapito dejó la puerta abierta para la salida de ambos. Del Consejo a la Ciudad Deportiva, pasando por el organigrama técnico y el banquillo y alcanzando incluso el escudo, Agapito Iglesias ya lo ha cambiado todo en cuatro años intentando enderezar un rumbo cada vez más torcido. Prieto y Herrera pueden ser los siguientes. Ya no son "intocables".