La negociación comienza ahora. Esa es la máxima que tienen grabada a fuego los sindicatos de Opel España y del resto de plantas europeas de General Motors (GM) y PSA en Europa. A partir de ayer se abre un periodo de nueve meses en el que se deberán cerrar cuestiones tan espinosas como la afección de la operación en el empleo, el reparto de las inversiones y las cargas de trabajo en cada planta, ya que antes de finales de año debe zanjarse la compra definitiva de Opel.

Una de las incógnitas que habrá que despejar es si Figueruelas fabricará el Corsa y el relevo del Adam a partir del 2019. GM realizó las adjudicaciones de estos dos modelos en diciembre pasado, pero en el plazo de dos años GM habrá desaparecido de Europa. Tampoco es seguro que el Mokka abandone Zaragoza. Al coexistir varias marcas en el mismo grupo, PSA tendrá que definir su estrategia de asignación de modelos a cada planta.

«El nuevo escenario no tiene por qué ser negativo», dijo ayer a este diario la presidenta del comité de Figueruelas, Sara Martín, que recalcó la importancia de mantener la independencia de la marca y de que se respeten todos los convenios colectivos. Precisamente, estas dos cuestiones son en las que puso énfasis el comité europeo de Opel/Vauxhall. Para garantizar el mayor grado posible de independencia de las marcas y de la compañía, «se ha conseguido que todas las organizaciones que forman las bases de la transacción, sean puestos bajo una única entidad», destacó ayer su presidente, Wolfgang Schäfer-Klug. En cualquier caso, los acuerdos deben dar «tranquilidad y confianza» a los trabajadores para «cimentar» las bases de un «sólido futuro», apuntó el comité europeo, que, no obstante, consideró que para realizar una valoración final habrá que conocer el contenido del plan de futuro para la marca.

Uno de los miembros del comité europeo de Opel, Pedro Bona (UGT), subrayó que Figueruelas afronta la nueva etapa que comienza con «confianza» porque será el «escaparate ideal», la primera factoría de Opel que lanzará un modelo de PSA tras la colaboración entre ambos. Todo un reto y una oportunidad para la fábrica aragonesa.

REUNIONES EN MADRID / La noticia de la compra oficial de Opel llegó a Figueruelas hacia las siete de la mañana de ayer. Tras una reunión con la dirección, el comité trasladó en asamblea a la plantilla la nueva realidad. Posteriormente, los sindicatos mantuvieron un encuentro en el marco de la Comisión Permanente.

CCOO confía en que la operación traiga resultados positivos en Vigo, Madrid y Zaragoza, y consideró que juntas podrían rebasar el millón de unidades fabricadas en un año, «lo que generaría una economía de escala con efectos beneficiosos». Representantes del sindicato valorarán hoy en Madrid el impacto de la compra, en especial sobre las empresas proveedoras.

Mientras, UGT se mostró «expectante» y reclamó «participar directamente como organización en este proceso de compra». El secretario sectorial de industria automovilística UGT FICA, Jordi Carmona, dijo ayer que exigirán el mantenimiento de las tres plantas españolas, el respeto del empleo y que se mantengan los acuerdos o compromisos industriales suscritos. La Federación mantendrá hoy una reunión con los responsables sindicales de las tres plantas para analizar la situación de estas fábricas y poner en común una estrategia.