Aragón presume de ser una de las comunidades autónomas que más menores adopta y con mayor éxito. De hecho, el índice de fracaso en la acogida a un menor por una familia aragonesa apenas alcanza el 1%, cinco veces menor que el que se registra en numerosas comunidades españolas. En Aragón se han producido algo más de 2.000 adopciones --el 75% de ellas son de ámbito internacional- desde el año 2000, lo que supone que apenas 20 de esos menores fueron devueltos por sus familias adoptivas a los centros de menores.

"Cada vez que hay que internar a un niño es un drama, pero el dato advierte de que se están haciendo bien las cosas y que la información logra motivar a la gente en un proceso de incertidumbre", apuntó Manuel de Santiago, educador sodial del equipo de adopción en el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) del Gobierno de Aragón.

A LA CABEZA En esos casos de ruptura, las circunstancias que hacen que no se cumplan las expectativas "no se producen por problemas del menor, sino en la motivación de la familia al intentar crear un nuevo vínculo con alguien que viene desconfiado y que no ha tenido suerte en el primer contacto por unos modelos que no han sido adecuados", añadió de Santiago, que se congratuló de que la cifra coloque a la comunidad en el grupo cabecero del país tanto en el volumen de adopciones por número de habitantes como por el porcentaje de éxito.

Ni siquiera la crisis está reduciendo la demanda de los aragoneses. De hecho, la lista de espera de los que aspiran a adoptar un menor es tres veces mayor que el número de menores que esperan una familia. Pero sí ha cambiado tanto la edad del niño que llega como el tiempo de espera. Estas dos modificaciones vienen dadas por las mayores dificultades a la hora de adoptar un menor de otro país. La mayor rigidez en las normas de naciones como China o Brasil, además del esfuerzo porque esos niños se queden en esos países y apurar todas las opciones antes de optar por la adopción internacional, reducirá este año el número de adopciones fuera de nuestras fronteras.

Así, si en el 2010 se produjeron 85 adopciones internacionales en Aragón, en el 2011 no pasarán de 70, aunque sí se mantienen las acogidas de menores españoles --33 en el 2010 y casi 40 este año--. Este aumento responde, en gran medida, a esas dificultades para recibir a niños extranjeros. "Las familias quieren niños pequeños y no los hay por debajo de los 3 años, además, los países están desarrollándose y aspiran a atender ellos mismos a sus propios niños y eso reduce las opciones y prolonga el tiempo de espera que ha pasado de uno a cuatro o cinco años para, por ejemplo, adoptar un niño chino", aseguró Mercedes Navarro, presidenta de la Asociación de Familias Adoptantes de Aragón (Afada) en las IV Jornadas Aragonesas de Postadopción.

En ese sentido, de Santiago admitió que "se van a ralentizar las adopciones internacionales porque las exigencias de los países de origen son cada vez mayores y también lo será la edad de los menores". Para los que no pueden esperar hay una opción algo más rápida: la adopción con características especiales, por ejemplo, con problemas físicos. En esos casos, estos niños llegan algo antes, aunque Navarro reconoció que muchas familias "se lo piensan" antes de hacerse cargo de un niño en esas circunstancias.

Eso sí, la "cercanía" adquiere un papel especial. "Son niños que han podido estar dos años internados y que tienen que recuperar caricias, protección y la capacidad para verbalizar o eperimentar", advirtió de Santiago.