Después de tantos días de conflicto queda claro que no hay salida posible en las actuales circunstancias. Comité y empresa se conocen mucho y el ayuntamiento no es capaz de aportar una mediación que convenza a unos y a otros. El tema lleva enquistado mucho tiempo y no podemos seguir tropezando en las mismas piedras más tiempo. Están perdiendo los zaragozanos, los trabajadores, la empresa y el ayuntamiento (aunque gane dinero por no hacer los autobuses tantos kilómetros). Solo caben dos soluciones. La primera y fundamental, cambiar a los negociadores. El presidente del comité de empresa, Javier Anadón, ya ha demostrado el tirón que tiene entre la plantilla, pero lleva 30 años en el mismo cargo y debería dar un paso atrás en busca de regeneración y de nuevos aires. El gerente de AUZSA, Manuel Ramo, lleva unos 20 años en su puesto y pese al cambio de empresarios sostiene unos planteamientos que también sería bueno renovar. Uno y otro se conocen a la perfección. Saben por dónde van a responder a los planteamientos del otro y, en el fondo, se tienen tanta animadversión que así es difícil avanzar.

Si el cambio de los negociadores no fructifica habría que ir a una segunda solución. Como el conflicto afecta a un servicio público, empresa y comité, con la mediación municipal, deberían buscar un árbitro que analizara las posturas de una y otra parte y que, en un plazo de tiempo razonable, emitiera un laudo de obligado cumplimiento para ambas partes. Así se desatascaría de una vez por todas el conflicto. De lo contrario usuarios, trabajadores y empresarios van a empezar a devorarse.