Aragón es la comunidad autónoma que menos respalda un posible regreso al anterior sistema de prestación farmacéutica que eximía a los pensionistas de abonar sus medicamentos. Según el barómetro sanitario del 2015, uno de cada cuatro aragoneses (25,4%) considera que se debería volver a aquel sistema cuando la media nacional supera el 36%. El 27,4% aprueba el método actual de dispensación porque cree que ahora cada persona paga según su nivel de renta y la mayoría (35,7%) opina que el sistema de copago actual debería contemplar más tramos para que las aportaciones sean "más adecuadas al nivel de renta de los pacientes". El copago farmacéutico fue una medida establecida a partir de un real decreto del ministerio que entró en vigor en julio del 2012. Establece un pago máximo dependiendo de la renta. Si es inferior a 18.000 euros anuales, la aportación máxima mensual es de 8,23 euros; rentas de entre 18.000 y 100.000 euros abonan como tope 18,52 y si son superiores a los 100.000 aportan 61,75 euros.