La próxima semana se podría confirmar, salvo acuerdo in extremis del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) y el PSOE, la subida del 5% en el recibo del IBI para todos los hogares de la capital aragonesa. Ahora está más cerca después del tormentoso pleno de ayer. Antes, el responsable de las finanzas municipales, Fernando Rivarés, aseguró que está dispuesto a modificar su oferta pero que no abrirá el debate si los socialistas no acceden a gravar más a más empresas comerciales, y «no da tiempo» tramitar la proposición normativa planteada por impedir la subida generalizada del recibo. Será «la consumación del chantaje», según el socialista Javier Trívez, que mantiene inamovible su planteamiento.

Rivarés no descarta seguir conversando con el PSOE pero «con el silencio es imposible dialogar». A su juicio, solo pretende «que el Gobierno no pueda hacer política y mantener el discurso ficticio de la paralización. Pero con dinero chufletes y sin dinero sueños». Y la proposición normativa, la tramitará pero que entraría en vigor en el 2018.

Para el socialista consideró que ZeC «puede dilatarlo» para luego decir que el PSOE no quiere negociar. La culpa sería del Gobierno, dijo, del «impuestazo», como lo calificó el conservador Jorge Azcón, quien cree que estará «perdiendo la cabeza» si no tramita la proposición socialista. En Ciudadanos, Sara Fernández, criticó que ZeC use como «rehenes» a los ciudadanos. Para Carmelo Asensio, de CHA, el acuerdo «ahora está más lejos».