William Ricardo H. C. D. R. parece que va a asumir en solitario la responsabilidad (ya se verá si la condena) por la oleada de robos que sufrió la localidad zaragozana de Quinto de Ebro a comienzos del año pasado. El joven brasileño fue detenido en febrero del año pasado por la Guardia Civil junto con otro vecino español de 25 años y un menor de edad. Contra este último se sobreseyeron las investigaciones durante la instrucción y contra el primero, el fiscal retiró ayer los cargos durante el juicio celebrado en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.

Por el momento, sobre William Ricardo H. C. pesa una condena potencial de seis años de prisión por estos robos, sucedidos en una promoción de vivienda en construcción, otra vivienda habitada y una peña. Ayer solo respondía por el último, y el fiscal, aunque modificó los cargos iniciales de delito continuado de robo a delito de robo convencional, no indicó la rebaja de la pena. En principio, era de un año y nueve meses, según figuraba en el escrito.

Los hechos, indicaba el ministerio público, tuvieron lugar en en torno al 10 de enero del 2017, en una promoción de cuatro casas deshabitadas situadas en la calle San Roque de la localidad. El acusado, presuntamente, accedió a los inmuebles y se llevó los cuatro cuardos eléctricos, así como pulsadores, interruptores y enchufes, un total de 130 unidades, valorados en algo más de 8.800 euros. Sin contar los 730 euros en las que están valoradas las cuatro cerraduras reventadas.

El joven, asistido por el abogado Sergio Baquero, negó la autoría de los hechos, y su letrado pidió la absolución, entre otras cosas porque la testigo principal que le acusaba, a él y a otro joven, no compareció. Mientras el juez resuelve, el joven se prepara para afrontar los juicios por los otros dos robos, en una peña y una vivienda, por los que la Fiscalía pide dos y tres años de cárcel, respectivamente.

William Ricardo H. C. fue detenido junto con el otro acusado y el menor en una casa okupada de la localidad, propiedad de un banco, en la misma calle en la que se cometió el robo en la casa habitada. En el interior de su vivienda, registrada con autorización del propio acusado, se encontraron varios de los efectos robados, desgajados en tres procesos judiciales fruto de sendas denuncias. El instituto armado les achacaba, además de los tres robos, delitos de usurpación de inmueble y de defraudación de fluido eléctrico (enchufarse a la luz), pero no han sido juzgados.