El túnel internacional del Somport, en el Pirineo de Huesca, se abre hoy al tráfico tras nueve años de obras y una inversión de más de 254 millones de euros (de los que a España han correspondido 159,5). La satisfacción por la puesta en marcha de una importante infraestructura de comunicación transfronteriza se mezcla con el malestar existente en el lado francés por la mala situación de la carretera. El enlace, en cualquier caso, permitirá recortar en 25 minutos el tiempo de recorrido para los vehículos pesados, aunque hasta el 2004 estará restringido el tráfico de mercancías peligrosas.

El túnel carretero del Somport entró a formar parte de la red de comunicaciones transpirenaicas en 1987 y un año más tarde España y Francia acordaron el inicio oficial de los estudios de viabilidad. En abril de 1991 se firmó en París el convenio entre los dos países para construir el enlace y siete meses después, se concedieron fondos comunitarios para el proyecto.

Pero hubo que esperar hasta enero de 1994 para que comenzaran las obras del paso carretero, que estaba previsto terminar en algo más de dos años. Al final, han sido nueve. En los últimos ejercicios se ha anunciado en reiteradas ocasiones la apertura del túnel. La última fecha fijada por las autoridades fue mediados del 2002. Pero problemas de seguridad --Francia elevó las exigencias tras la tragedia del paso del Mont Blanc, en los Alpes-- retrasaron la entrada en funcionamiento.

Hasta el mes pasado no se realizaron las últimas pruebas de seguridad y los simulacros de accidentes. El pasado lunes aún se daban los últimos retoques a estructuras auxiliares externas (como el centro de pesaje de camiones).

La inauguración de hoy estará presidida por los ministros español y francés de Fomento y Transportes, Francisco Alvarez Cascos y Gilles de Robien. También asistirán el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, y la comisaria europea de Transportes, Loyola de Palacio.

Debido a los problemas y tensiones en la zona francesa por el mal estado de la carretera R-134 no acuden al acto ni el presidente de Aquitania, Alain Rousset, ni las autoridades del valle francés del Aspe, donde se han organizado actos de protesta. Tampoco estará el primer ministro galo, Jean-Pierre Raffarin, ni --por tanto-- el presidente español, José María Aznar, en una obra de gran importancia internacional y que el rey Juan Carlos visitó en privado en marzo de 1996.

OPINIONES En Aragón, la apertura del enlace ha sido acogida con satisfacción por instituciones y agentes sociales, aunque desde todos los sectores se recuerda tanto la necesidad de acondicionar la carretera en Francia como la de complementar este paso con otras actuaciones para permeabilizar el Pirineo (reapertura del Canfranc y Vignemale).

Más allá de esta polémica, el paso carretero forma parte de un eje clave para España y Francia y, especialmente, para Aragón, el itinerario europeo E-07: Madrid-Zaragoza-Somport-Pau-Toulouse. Actualmente, la unión viaria entre ambos países tiene lugar a 1.632 metros de altura, a través del puerto del Somport. La puesta en marcha del enlace reducirá la cota hasta los 1.183 metros de la boca española (un poco menos, 1.116 metros, en la francesa).

Esto supondrá una sensible reducción del tiempo de viaje, de hasta 25 minutos para los vehículos pesados. Pero, sobre todo, una considerable mejora de la vialidad invernal y una disminución del riesgo para la circulación en invierno. España ha ejecutado 5,7 de los 8,6 kilómetros que mide el túnel y Francia se ha ocupado del resto. Se han invertido más de 254 millones de euros (la previsión inicial era de algo más de 110). El Estado español ha aportado 159,5 millones y el francés, 94,6.

El túnel se abrirá con 9 de las 19 galerías de evacuación en funcionamiento y, por tanto, con 9 de los 19 refugios. Pero hasta que en el 2004 no estén terminadas las galerías complementarias no se permitirá el paso de vehículos con mercancías peligrosas, una restricción que ya se había anunciado.

La obra dispone de un avanzado sistema de ventilación y de los más modernos elementos de seguridad. La calzada tiene un ancho de 10,5 metros (3,5 metros por carril, 1 metro en la mediana, 0,5 en los arcenes y 0,75 en las aceras).

Esta infraestructura se diseñó para aliviar la circulación por los pasos fronterizos de Irún y La Junquera, que absorben mayoritariamente el tráfico carretero. El acuerdo hispano-francés se condicionó a la mejora de la R-134, que --sin embargo-- no se ha acometido, lo que puede disminuir el efecto imán que debería tener el nuevo túnel.