Las organizaciones agrarias siguieron ayer comprobando in situ los efectos devastadores de la crecida del Ebro. El sindicato UAGA estimó en 19.000 hectáreas los campos de cultivo anegados en todo Aragón, mientras que UPA rebajó la afección a unas 15.000 hectáreas. En lo que coinciden ambos es en que la mayoría de plantaciones (casi todo cereal de invierno y algo de hortalizas) no podrá recuperarse, si bien reconocen que aún es pronto para cuantificar los daños reales.

«El trigo y la cebada ya lo damos por perdido. Con la alfalfa habrá que esperar; si los campos siguen encharcados más de una semana no se podrá recuperar nada», indicó ayer a este diario el secretario general de UPA Aragón, José Manuel Roche, que no se mostró muy optimista: «Por lo que hemos visto hoy sobre el terreno todo apunta a que la inundación durará un par de semanas».

En este sentido, el secretario general de UAGA, José Manuel Penella, consideró que el 20% de la producción anual de alfalfa ya está perdida y recordó que las mayores afecciones se han producido en los campos de Quinto, Fuentes y Pina.

Al menos, Penella estimó que en torno a un 80% de los campos anegados están asegurados, algo que no ocurrió en la riada del 2015. De hecho, en esa ocasión la DGA indemnizó a los agricultores que no tenían seguro con la condición de que lo contratasen durante los cinco años siguientes. «Lo que pedimos es que Agroseguro entre a peritar lo antes posible para que se agilicen las indemnizaciones», indicó Roche.

Las organizaciones agrarias podrán trasladar todas sus demandas mañana al consejero Joaquín Olona en el transcurso de una reunión en el Ejecutivo autonómico. «Lo que está claro es que hay que tomar medidas ya y limpar el cauce del río porque ahora cualquier riada genera muchos daños en la agricultura», subrayó Roche, que apuntó que «se está poniendo en riesgo el principal medio de vida de los habitantes de la ribera del Ebro».

La última avenida extraordinaria del Ebro, que anegó unas 20.000 hectáreas, se produjo en el 2015. Según Penella, la DGA indemnizó entonces con doce millones de euros los daños en los cultivos y con 18 los estructurales y los producidos en las parcelas. «El ministerio aportó unos 400.000 euros y la Confederación Hidrográfica del Ebro aportó unos 30 millones para reparaciones y limpiezas en el cauce», recordó ayer el secretario general de UAGA.