La huelga feminista del 2018 se ha hecho tan grande que ya ha provocado que los sindicatos mayoritarios de la comunidad (UGT y CCOO) empiecen a repensar sus estrategia de cara a la convocatoria del 2019. Aunque esperan que la protesta de ayer impulse cambios legislativos, saben que el próximo año tendrán que volver a movilizarse en defensa de los derechos de la mujer. Y, para entonces, los paros de dos horas por turno quizá den paso a una huelga de 24 horas.

«Lo deseable sería que no fuera así, pero el año que viene tendremos que volver a convocar a la ciudadanía y tal vez con mayor intensidad», dijo ayer la responsable del área de Igualdad de UGT Aragón, Pura Huerta, en la concentración celebrada en el paseo de la Constitución de Zaragoza, que reunió a más de 300 personas. Su homóloga en CCOO, Elena Pérez, se manifestó en este mismo sentido: «La organización deberá reflexionar y seguramente se tendrá que ir a más».

Hace unas semanas, las direcciones de ambos sindicatos consideraron «exagerado» convocar una huelga de 24 horas porque entendían que «esta lucha va a ser un proceso largo y difícil». Así, se apostó por esa solución intermedia de los paros parciales, una decisión que generó cierta polémica y debate en el seno de ambos sindicatos, porque había voces que preferían apoyar la huelga de 24 horas convocada por la Comisión del 8-M y refrendada por sindicatos como OSTA, CGT o CNT.

DEBATE EN EL SENO DE CCOO / Ayer mismo, en la concentración de Zaragoza, una trabajadora de CCOO abogaba por la huelga general y no entendía que su organización se hubiera quedado «a medio camino».

Sea como sea, lo cierto es que ayer hubo mucha gente (sobre todo mujeres) que secundaron los paros de dos horas.

«Esto era algo impensable hace solo un año; la convocatoria ya era un éxito antes de celebrarse la jornada de hoy», explicaba ayer Rosa, una funcionaria del Instituto Aragonés de Servicios Sociales que participó en la concentración de UGT y CCOO y que secundó el paro de dos horas.

A su lado, Laura denunciaba la brecha salarial entre hombres y mujeres y lamentaba que las coacciones por parte de algunas empresas siguen estando «al orden del día en pleno siglo XXI». «He venido a defender nuestros derechos y sobre todo porque sé que hay muchas compañeras que no pueden estar hoy aquí por miedo a las represalias», destacaba esta funcionaria interina.

Muchas de las asistentes a la concentración del paseo de la Constitución incidieron en la necesidad de «un cambio urgente de mentalidad». «La educación es fundamental si queremos que algún día las mujeres y los hombres seamos iguales en el ámbito laboral, en los cuidados de familiares o en las tareas domésticas», subrayaba Susana, funcionaria en Gerencia del Salud.

Como en todos los actos celebrados ayer, los hombres fueron clara minoría en la concentración de UGT y CCOO, aunque también estuvieron presentes. «Todavía queda mucho por hacer en materia de igualdad; por ejemplo, llegar a puestos de dirección les cuesta un mundo», reconocía César, un trabajador de FCC que había secundado la huelga de 24 horas.