¿Cómo un partido como Zaragoza en Común (ZeC) que defendía la necesidad de atender la emergencia habitacional se mete en el charco de desalojar a 14 funcionarios de las residencias de los colegios públicos? ¿Realmente era necesario ahora? ¿Por qué lo fía todo a la próxima legislatura? Demasiados interrogantes para una discusión en la que entran en juego muchas aristas. Las que han destapado una investigación en la que se han descubierto más cosas aparte de la alegalidad de estos inmuebles. Bajo el paraguas de "esto siempre ha sido así" tenían la tentación de mirar para otro lado, pero han decidido sacarlo a la luz.

Todo empezó cuando, el año pasado, los sindicatos municipales pidieron otro concurso de traslados para las tres casas que quedaban libres tras la jubilación de sus ocupantes. Eso llevó a descubrir cómo funcionan: el consistorio lo paga prácticamente todo, hasta la luz y el agua porque "sale más caro costear la acometida e instalar contadores propios que aumir el gasto del consumo diario". Y eso que "antes del 2008 se abonaba hasta cuando decidían cambiar el plato de la ducha". El Gobierno socialista, y la crisis económica, cerraron este grifo.

Pero no otros. Por ejemplo el que ha permitido descubrir que algunos de los ocupantes de estas casas escolares, con el sueldo de funcionario íntegro para ellos (no pagan ni contribución, ni impuestos, ni alquiler) se han hecho con una vivienda en propiedad pero, lejos de mudarse a ella, la usan para alquilarla y obtener ingresos extra. O que algunas de las que fueron y ya no son, ahora reconvertidas en salas para diferentes usos en los centros, en los papeles siguen figurando como residencia. Ni siquiera se ha cambiado su calificación para obtener licencias o para hacer obras en ellas para adecuarlas a su nuevo uso.

La construcción de estas viviendas era habitual en los años 70 y 80, pero dejaron de hacerse en Zaragoza "a principios de los 90". Ahora, los que viven en ellas no tienen un contrato que garantice su "derecho" a ocuparlas, porque a falta de regulación bueno es el "siempre ha sido así".