Las zonas azul y naranja de Zaragoza experimentaron en el 2014 un aumento del 12% con respecto al año anterior. Casi 700.000 estacionamientos más que la concesionaria del servicio, Z+M, achaca a dos causas fundamentales: el aumento de plazas disponibles en la ciudad (unas 700 más entre las del barrio de San Pablo y las del entorno de la calle Monasterio de Samos, en San José; y sobre todo por el uso del móvil. La puesta en servicio de la aplicación Zaragoza Aparca el pasado mes de octubre ha impulsado el uso de este servicio y también la recaudación. Para el ayuntamiento ya dejó más de 1,1 millones de euros en sus arcas de los más de 4,5 ingresados en total de los conductores de la ciudad.

La aplicación se ha convertido en una causa principal del incremento por dos rezones fundamentales: desde octubre que se estrenó, ya se llevan contabilizados 16.000 abonados en la capital aragonesa y, en segundo lugar, ya se ha convertido en la tercera modalidad de pago más utilizada por los usuarios, con un 5,7% de las operaciones contabilizadas, por encima de la tarjeta ciudadana (4,2%) y solo por detrás del pago en metálico (82,5%) y de las tarjetas de crédito (7,6). En solo tres meses funcionando. No es descabellado que Z+M prevea que este año podría llegar al 8% esta aplicación para el móvil.

¿Por qué gusta tanto? Por la comodidad que ofrece, aseguran el responsable de Z+M, Javier Ejarque, ya que al conductor le permite "pagar solo por lo que gasta, recibir notificaciones en el teléfono cinco minutos antes de que se le agote el tiempo o cuando se esté acabando la recarga, e incluso anular multas por solo 3 euros durante todo el día, no solo en los primeros 30 minutos".

El funcionamiento es sencillo: el conductor vincula su uso a este sistema de prepago, por el que introduce una cantidad de recarga de la que se va descontando el tiempo utilizado, y lo consume solo dando un clic a la opción estacionar cuando deja el coche y finalizar cuando se lo va a llevar. Parece una nimiedad pero tener que ir obligatoriamente a renovar el tiquet a un parquímetro, adivinar si estará aparcado una hora o dos, o los habituales olvidos de la hora que acarrean multas mermaban mucho el uso de la zona azul y naranja en los conductores. En este sentido, también se ha notado un incremento en el porcentaje de sanciones que se anulan antes de llegar a la Policía Local. Antes era el 42% de las impuestas y ahora son más del 50%.

OCUPACIÓN ALTA

Así que los 5.640.000 usos contabilizados en el 2013 se han transformado en 6.380.000 solo un año después. Los residentes con tarjeta para la zona naranja son ahora 4.436, casi el doble de las 2.690 plazas que hay disponibles en total para que ellos las ocupen. Y la ocupación media en las trece sectores distintos que hay en la capital aragonesa de zona azul se sitúa en un mínimo del 58,8% del entorno de paseo Calanda y Duquesa Villahermosa, en el barrio de Delicias, al 94,2% en las calles existentes entre la avenida César Augusto y el paseo Independencia (en Salamero).

Pero hay una ventaja más que le hace apetecible a más conductores. A diferencia de la tarjeta ciudadana, para usar esta aplicación no es indispensable estar empadronado en Zaragoza. Por lo que hay un número significativo de abonados que residen en localidades como Cuarte de Huerva, Villanueva de Gállego o, en general, del entorno metropolitano de la capital.

En este sentido, la aplicación llega a más conductores pero también a las empresas, que han visto en ella la forma de introducir una cuantía de recarga global adscrita a varios usuarios, sus empleados, que van haciendo uso de ella sin necesidad de llevar dinero en metálico, otro de los problemas más comunes.