Los ciudadanos han explotado. La huelga de autobuses que cuenta hoy 65 días en la capital aragonesa se ha convertido en una situación insostenible para los usuarios del transporte urbano, que ayer plantaron cara en cuatro ocasiones a los conductores de varias líneas que querían retirar el vehículo a cocheras en horario de huelga. Como resultado, dos conductores sufrieron crisis de ansiedad cuando querían ejercer su derecho a huelga y los ciudadanos les increparon. Los empleados de Autobuses Urbanos de Zaragoza (AUZSA) tuvieron que hacer frente a una ciudadanía harta del servicio que están recibiendo durante los más de dos meses de paros parciales indefinidos. Y hasta uno de ellos tuvo que ser trasladado al hospital con una crisis de ansiedad.

La paciencia de los zaragozanos se terminó ayer. Dijeron basta y dieron un golpe sobre la mesa. Varios grupos de usuarios de las líneas 36, 33, 42 y 44 decidieron rebelarse. Unos optaron por no pagar el billete por considerar que no reciben el servicio completo ni las frecuencias adecuadas; otros, directamente, se negaron a abandonar el vehículo y solo la intervención de los cuerpos policiales o la llegada de un bus de servicios mínimos solucionó el conflicto. Desde el pasado 10 de diciembre, la Policía ha registrado medio centenar de incidentes leves.

HARTAZGO

Esta cuestión, aunque no estaba programada, se coló ayer en la asamblea informativa que celebraron los trabajadores. De hecho, uno de los afectados por la crisis de ansiedad llegó a cocheras para ser atendido por el médico. Después fue trasladado a la MAZ. "Estaba mal, era un hombre joven, alto, fuerte y sano", explicó fuera de sí una conductora.

En un segundo plano quedaron la valoración de la reunión entre el comité de empresa y los directivos de AUZSA en la sede del Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) o los asuntos tratados en la reunión celebrada ayer entre el comité de huelga y la concejala de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Teresa Artigas.

A raíz de los altercados que se produjeron, el comité de huelga se dirigirá al Ejecutivo local para que dé orden a los agentes de que protejan el derecho a la huelga, porque el presidente del comité, Javier Anadón, puso ayer en duda que las actuaciones de la Policía Local sean decisiones individuales y aventuró que la orden de conculcar su derecho a los conductores puede venir "de sus superiores", es decir del propio consistorio. Fuentes municipales desmintieron esta acusación y aseguraron que no se ha dado ningún tipo de consigna a los agentes. Aún así, los conductores lanzaron nuevas amenazas: "no sacar los autobuses" y saltarse los servicios mínimos establecidos por el consistorio o decidir huelgas de 24 horas si se pone en peligro "la integridad de los compañeros".

La plantilla hizo un llamamiento para que los usuarios reclamen "bien" el precio del viaje en el registro y que reaccionen directamente contra la empresa, no contra los propios conductores con insultos y agresiones. A estas alturas, dicen, se encuentran "desquiciados y cansados" pero no prevén dejar de luchar por sus derechos.

LA EMPRESA

El gerente de AUZSA, Manuel Ramo, aseguró estar al corriente de lo sucedido y recalcó que los trabajadorestienen el apoyo de la empresa cuando sucede cualquier incidente. "Estoy convencido de que todo se va a desarrollar con la tranquilidad que se ha vivido estos últimos días y que los servicios mínimos serán respetados por la plantilla. Ni me planteo que no saquen el bus", añadió.