El valle de Aspe vivió ayer con entusiasmo la vuelta del tren a sus pueblos. En las estaciones reconstruidas por las que pasó el convoy desde Oloron a Bedous, en el tramo inaugurado, la gente se veía muy feliz, radiante. Como si, más que de una reapertura, se tratara de la primera vez que el ferrocarril llegaba a esa zona del Pirineo francés.

En realidad, el tren ha estado tanto tiempo ausente del verde paisaje del valle de Aspe, entre 36 y 46 años según los lugares, que generaciones enteras no han oído su traqueteo ni tampoco lo han visto atravesando el monumental viaducto de Escot. Por eso ayer se miró más hacia el futuro que hacia el pasado de una línea, Pau-Canfranc, que empezó a funcionar completa en 1928.

Llevar el tren hasta Bedous tras décadas de declive ferroviario a un lado y otro de la frontera es toda una "proeza", como subrayaron los presidentes de Aragón y Nueva Aquitania, Javier Lambán y Alain Rousset, que presidieron el acto oficial de reapertura del tramo, que se produjo una semana después de empezar a funcionar la línea.

24,7 KILÓMETROS

Pero ahora los dos líderes regionales tienen sus ojos puestos en los gobiernos de Francia y España y en la Unión Europea para que colaboren, hasta el 50% al menos, en la recuperación del único segmento que falta, el más complicado técnicamente: los 33,2 kilómetros que separan Bedous de Canfranc y que incluyen el túnel de Somport, de 8.000 metros. El tramo estrenado ayer, de 24,7 kilómetros, es un paso hacia ese objetivo, para el que se ha fijado una fecha de realización concreta, el año 2020.

"Estamos trabajando con el presidente Rousset para ir en las próximas fechas a Bruselas", subrayó Lambán en la estación de Bedous. "Hemos iniciado ya contactos con la Comisión de Transportes del Parlamento europeo y con la Dirección General de Carreteras y dentro de unos pocas semanas podemos tener una oportunidad para plantear conjuntamente con Aquitania la solicitud del estudio preliminar para que al final la UE financie el 40% o el 50% del Canfranc", explicó.

Pero antes de cosechar las ayudas europeas, si estas llegan, será preciso hacer estudios preliminares a ambos lados del Pirineo para ver si la conexión ferroviaria resulta sostenible económica y ambientalmente, señaló el jefe del Ejecutivo aragonés.

"DIFÍCIL" OBJETIVO "

Esperamos que Bruselas nos ayude, si los dos estados, el francés y el español, nos ayudan", manifestó Alain Rousset. En opinión del presidente socialista de Nueva Aquitania, a quien Lambán considera el artífice de la llegada del tren a Bedous, cumplir el objetivo del año 2020 será "difícil", aunque confía en "no alejarse demasiado" de esa fecha. Lo importante para él de ese año es que "fija un objetivo" hacia el que encaminar todos los esfuerzos. Además, considera que la reapertura del tramo Oloron-Bedous "impulsará" las obras pendientes para culminar el proceso.

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, que estuvo presente también en la histórica jornada, al igual que el consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, se centró en la importancia que la reapertura del paso ferroviario del Somport tiene para la capital de Aragón, en especial para su sector agropecuario. "Zaragoza produce 10 veces más de lo que consume", indicó el regidor, que recalcó la importancia de la terminal marítima (y dentro de ella Mercazaragoza) como plataforma logística por su "ubicación central" en los corredores ferroviarios del sur de Europa.

De hecho, el transporte de mercancías (incluyendo componentes de automoción y aeronáuticos) se perfila como una de las formas de obtener rendimiento a la línea de Canfranc una vez esté reabierta, junto con el movimiento de pasajeros.

En la inauguración del tramo estuvieron presentes representantes de las asociaciones que a un lado y otro de la frontera luchan por la reapertura, Créloc y Crefco, que exhibieron pancartas a favor de la continuación de los trabajos hasta España.

Jean-Luc Palacio, presidente de Créloc, subrayó en los discursos que siguieron al bautismo de uno de los vagones del tren como Vallée d'Aspe, que "el objetivo de esta reapertura es Canfranc, pues, si no se sigue adelante, el proyecto carece de sentido". No obstante, Guillaume Pepy, responsable de SNCF, la Renfe francesa, advirtió de que se trata de una apuesta "a largo plazo".