La riada que asoló el valle del Aragón en octubre del 2012 cambió el paisaje en las zonas más próximas al río Aragón. En Castiello de Jaca, la fuerza de la corriente causó el derrumbe de dos chalets adosados y graves daños a otros dos. Tres meses después de aquel desastre natural, sus dueños se proponen que todo vuelva a ser como antes.

"Será la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) la que decida en última instancia si se pueden reconstruir los chalets donde estaban, pero los residentes estamos todos a favor", señala Dorita Esparcia, presidenta de la comunidad de propietarios de la urbanización El Molino.

Próximamente, los dueños de los chalets, la CHE y el Consorcio de Seguros mantendrán una reunión para debatir esta posibilidad. Los propietarios abordan la cuestión con optimismo, pero la legislación europea en materia de construcción en zonas inundables es muy estricta.

"La confederación está levantando tres escolleras en la zona arrasada por la corriente y hace pocos días se produjo una riada que no afectó en absoluto a El Molino", subrayó Esparcia.

Las escolleras, prolongadas por un muro que refuerza la margen derecha del Aragón a su paso por Castiello, han devuelto el río a su cauce original (anterior al de la catastrófica riada) y dan cierta sensación de seguridad. La CHE utiliza los propios sedimentos que arrastró la corriente. Pero los diques de piedras no son toda la solución. Es necesario retirar la ladera que se deslizó sobre el lecho del Aragón a causa de las lluvias y modificó el recorrido del río.

"El asunto no está resuelto", explica Álvaro Salesa, alcalde de Castiello. "La restauración de la ladera es competencia del Departamento de Medio Ambiente, pero el Ayuntamiento de Jaca también está interesado porque el corrimiento de tierras afectó al canal por el que baja el agua que se consume en la ciudad", precisa.