Los rebaños de ganado lanar del Pirineo aragonés, sobre todo los de los valles de Echo y Ansó, han sufrido veinte ataques de osos entre el 2002 y el 2005. Los asaltos del plantígrado se producen siempre de noche, en pastos de alta montaña, y durante la época estival, que es cuando las ovejas son conducidas a los puertos pirenaicos. El Gobierno de Aragón, que abona entre 72 y 90 euros por cada animal muerto, pagó 9.000 euros por este concepto en el 2005. Sin embargo, la Administración no se hace cargo de otros daños causados por el oso, como las ovejas que quedan malheridas o los abortos e interrupciones del celo que se registran como consecuencia del estrés a que se ven sometidas las reses. No obstante, a veces se plantean problemas para determinar qué animal ha atacado a un rebaño, pues las jaurías de perros asilvestrados también arremeten contra las ovejas.