La calle siempre fue su sitio. El lugar donde nació al calor de la crisis, de los recortes en la enseñanza, de la indignación, de las reivindicaciones y del fuerte espíritu de protesta del 15-M. La Marea Verde volvió a demostrar ayer en las calles de Zaragoza que, pese a la reducción de las grandes movilizaciones de antaño, sigue latiendo con fuerza. Con mucho color.

Camisetas, pancartas y pañuelos verdes volvieron a lucirse en defensa de la escuela pública. Mayores y pequeños. Profesores y alumnos. Todos tras una tonalidad que hacía mucho tiempo que no se dejaba ver de forma tan rotunda. Así, y al tradicional grito de La escuela pública no se vende, se defiende, miles de ciudadanos protagonizaron una manifestación multitudinaria por la mañana en Zaragoza y que, ya por la tarde, se vio reducida en afluencia.

Reivindicaciones

«No tenemos unas condiciones de trabajo adecuadas y por eso nos sentimos maltratados. Faltan tiempos de coordinación, dotación económica y es necesario nadar todos en una misma dirección», apuntó Mamen Pueyo, profesora de inglés del instituto Avempace.

«Profesionalidad es lo que sobra, porque los docentes tenemos un trabajo vocacional. Pero hacemos un sobresfuerzo muchas veces debido a las carencias», añadió.

Tijeras de cartón, diseños de los futuros colegios del sur pendientes de edificar y hasta un autobús al estilo Hazte Oír con el mensaje La concertada tiene dinero. La pública se cae a cachos. Que no te engañen se fusionaron en la protesta. «Hay que salir a la calle, porque si te quedas en casa no se consigue nada. Al menos que los políticos se enteren del mensaje de que la LOMCE no es adecuada y de que nos están cortando el futuro a los jóvenes», dijo Andrea Pinzolas, del instituto Pablo Serrano de Zaragoza.

Íñigo Guitarte, en representación del comité de huelga de la organización de estudiantes universitarios, denunció que «la LOMCE se está aplicando y los alumnos de Bachillerato no saben aún como van a ser las pruebas de acceso a la universidad», dijo, al tiempo que recordó la disminución de becas o el aumento de tasas en la universidad en una jornada en la que volvió el verde. El color de la esperanza para que la LOMCE se derogue al fin.