Zaragoza despierta al ralentí de la crisis inmobiliaria que ha asolado el país con una lenta recuperación. Al margen del debate sobre este modelo económico que llevó al país al estallido de la burbuja inmobiliaria, lo cierto es que algo se mueve en la ciudad. Los llamados brotes verdes comienzan a ser objetivables en cifras. Así, el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza ha otorgado durante el primer trimestre del año licencias para 418 nuevas viviendas, casi las mismas que para todo el año pasado (525) y 2,3 veces más que en el mismo periodo del 2014 (182), el año en el que el sector inmobiliario tocó fondo en la capital aragonesa.

Todo parece indicar que en este año los primeros indicios de recuperación llegarán a la construcción. De hecho, si se extrapolase el dato de este primer trimestre a todo el ejercicio, la cifra global de nuevas viviendas sería incluso superior a la del 2010. Desde luego muy lejos de las de 2006, el año del boom, cuando se otorgaron 8.940 licencias para viviendas de obra nueva. Habrá que esperar al cierre del año para ver si estas halagüeñas previsiones se materializan, pero al menos algo se mueve en el sector gracias a la continuidad de Parque Venecia o a renovados proyectos como sucede en Miralbueno.

'OPERACIÓN PONTONEROS

También en cuanto a la venta de suelo por parte del consistorio zaragozano. Esta semana, el responsable político de Zaragoza Vivienda, Jerónimo Blasco, anunció que esta sociedad pública había recibido ofertas por dos parcelas de la capital aragonesa. Una novedad, teniendo en cuenta que el consistorio llevaba sin prever ni un euro por este concepto en sus presupuestos desde el año 2011.

La cifra de venta de ambos terrenos apenas sumaría los 3,1 millones de euros, una cuantía muy lejana a los 48 millones de euros que se llegaron a presupuestar en el 2010 o a los 39 millones del 2011 --en realidad en ambos ejercicios la recaudación neta no superó los 16,8 millones de euros--, pero que al menos deja entrever que comienza a haber interés de los promotores en la construcción, en este caso de viviendas de protección oficial.

Y eso sí que está empezando a ser una excepción. Las parcelas de la operación Pontoneros --Blasco quiere que el pago por esos suelos financie parcialmente la operación del antiguo cuartel situado en el Casco Histórico-- estarían destinadas, en principio, a albergar VPO, aunque el responsable de Zaragoza Vivienda se mostró dispuesto a estudiar otras opciones. El solar situado junto a la azucarera del Rabal tendría capacidad para 17 pisos y el otro suelo, situado en los terrenos de la antigua Giesa, en Las Fuentes, 77 viviendas.

Si finalmente se consumara la operación --tendrá que materializarla en todo caso la siguiente corporación--, se daría un empujón al mercado de la vivienda protegida. Tras el boom de los años 2006 y 2007, en los que la VPO llegó a copar casi el 80% de las licencias, lo cierto es que el modelo de la vivienda protegida ha entrado en crisis. El año pasado, de las 525 licencias que se otorgaron en total, solo 125 (el 25%) eran protegidas. Pero en las cifras de las que ya se disponen en este ejercicio, las del cierre del primer trimestre, no aparece ni una sola licencia otorgada de VPO. Está por ver si la crisis de este modelo, que pretendía facilitar el acceso a la vivienda a todos los ciudadanos, será definitiva.