El Ayuntamiento de Zaragoza, con el apoyo de todos los grupos políticos, firmará hoy la Declaración de París y pasará a ser, junto a Teruel, Sevilla y Valencia, una de las ciudades españolas que persigue comprometer a su ciudadanía en la lucha contra el sida y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Este acuerdo internacional, cuya firma en Zaragoza ha sido promovida por la asociación Omsida Aragón con motivo del Día Mundial de la enfermedad, tiene como objetivo que en el 2030 se haya erradicado la patología en todo el mundo y no haya ni una solo muerte más vinculada al sida. Entre los objetivos de dicho plan, cuyas bases se establecieron en la capital francesa en el 2014, se apunta al parámetro 90-90-90. Dicha numeración significa, por un lado, lograr que el 90% de la población de Zaragoza conozca su estado serológico. Por otro lado, que el 90% de las personas diagnosticadas tenga acceso a un tratamiento sanitario y, por último, que el 90% de quienes reciban medicación alcancen una carga viral indetectable. Esto último significa que la persona afectada «no puede contagiar del virus a otra», según explicó ayer a este diario Aitor Calvo, trabajador social de Omsida.

Dicha declaración cuenta con la colaboración del Departamento de Salud Pública del Gobierno de Aragón, cuyo director general, Francisco Falo, estará hoy presente en la firma junto al alcalde de la capital, Pedro Santisteve.

Actualmente, hay más de 150.000 personas infectadas por el VIH en España, de las que más de medio millar residen en Aragón. El aumento de los casos entre los jóvenes, tal y como alertaron esta semana varios profesionales en una jornada de concienciación en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, es uno de los datos que más preocupa. Esto se debe a un repunte del riesgo asociado a prácticas sexuales «sin preservativo y al uso de sustancias como el alcohol y otras drogas», según Calvo.

Datos en el 2016 / En principio, y a la espera de saber qué conllevará en la práctica la firma de la Declaración de París en Zaragoza, dicho pacto podría traducirse en más apoyo institucional y económico a programas de promoción de la salud, prevención del VIH y atención a personas que viven con el virus. Estas son, por ejemplo, las líneas que ya se han puesto en marcha en Sevilla.

Según los datos que maneja Omsida Aragón en este 2016, en la asociación han realizado 435 pruebas rápidas del VIH, de las que 19 dieron positivo, y de ellas, 8 se correspondieron con menores de 30 años.

Entre los retos está la importancia de la prevención combinada como herramienta fundamental frente a las nuevas infecciones, seguir trabajando contra el estigma y la discriminación sociolaboral que viven las personas afectadas. Además, la promoción del diagnóstico precoz se hace «fundamental», tal y como recalcó ayer Juan Ramón Barrios, presidente de Omsida, «un 30% de las personas infectadas desconoce su estado, por lo que acceden tarde al tratamiento», dijo.

Ausencia de campañas / La falta de campañas de educación sexual en los colegios o en los institutos está detrás, en parte, de la relajación que los jóvenes muestran en los últimos años respecto a la prevención del sida. «No existen planes concretos. Por ejemplo, seguimos con la campaña Póntelo, pónselo, que tiene más de 20 años. Eso da muestra de cómo estamos», apuntó Calvo.

En este sentido, el trabajador social insistió en la posibilidad de que todo el mundo puede saber su estado serológico a través de la prueba de saliva «anónima, gratuita, confidencial y cuyo resultado está en 20 minutos». El resultado tiene un 99,6% de fiabilidad si en el momento de realizarla se han cumplido tres meses después de la última práctica de riesgo. «Sigue habiendo muchos prejuicios en la sociedad. Aquí garantizamos que toda persona pueda acceder a la prueba de forma secreta», añadió. Omsida también ofrece atención psicológica, social, orientación laboral, reparto de material o programas de grupo entre personas afectadas por el VIH.