El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) admitió ayer que el estadio de La Romareda requiere de al menos tres actuaciones de urgencia por el deterioro y por cuestiones de seguridad. Unas obras que rondarían, como mínimo, entre 250.000 y 300.000 euros --en función del proyecto que se redacte--, y que debería costearlo el Real Zaragoza. La entidad, que hace pocos días reclamaba al ayuntamiento una reforma del campo municipal para su propia supervivencia, debería afrontar este gasto, según el consistorio, por una cuestión de "legalidad y de justicia" para con una ciudad a la que no le paga ni un céntimo por usarlo. "Ese esfuerzo lo puede acometer perfectamente y hablaría de la solvencia y compromiso del proyecto deportivo".

Así lo indicó el teniente de alcalde de Urbanismo, Pablo Muñoz, quien recordó a los máximos mandatarios del club que el CAI Zaragoza sí paga 140.000 euros anuales por el uso del pabellón Príncipe Felipe y su mantenimiento. Su situación es la contraria, la del "incumplimiento sistemático de sus obligaciones", aunque lo achacó a la anterior directiva y a los equipos de gobierno que se lo toleraron.

CÓMO SE PAGA Y QUIÉN

A la actual le tendió la mano a renegociar todo: convenio para la utilización del campo, plazos, canon anual, obligaciones y derechos, e incluso la posible reforma integral de La Romareda. "Estamos dispuestos a hablar de ella, pero también de cómo se paga y quién", añadió el concejal.

Porque la principal conclusión que extrae Urbanismo del diagnóstico sobre el estado del campo es preguntarse "quién ha dicho que está muy mal". No lo hace el estudio de IGEO2, aseguró el arquitecto municipal, Ricardo Usón, quien destacó un "desgaste importante" pero que "el estado de las estructuras está bastante bien". Sobre todo después de la última gran reforma recibida, en el 2003.

Esto no quita para que haya que actuar sobre "puntos críticos". Son, fundamentalmente, tres zonas sobre las que hay que intervenir de forma inmediata: en la cubierta de la grada este, montada para el Mundial de España'82, y cuyos anclajes en los pilares más antiguos se han demostrado insuficientes por el efecto del viento y que urge reforzar; en las torres de iluminación, donde se unen el mástil y la parrilla de luminarias, que se encuentran oxidadas y sufren los efectos del cierzo; y en el rincón donde conecta la grada este y sur, que recibe frontalmente las rachas de viento y es la que sufre más degradación e importantes daños.

Aunque, remarcó Muñoz, conviene acabar con la incertidumbre en lo que a seguridad se refiere. La estructura no peligra porque, según los técnicos, el hormigón es de muy buena calidad y su solidez es mayor de lo que a simple vista parece. Aunque haya que ir actuando en los próximos años para que el deterioro no vaya a más. "No hay que crear pánico", apuntó Usón, quien insistió en la actuaciones de conservación y "otras de seguimiento constante".

Mientras, el arquitecto municipal también se refirió a los problemas de cimentación que apuntaba el estudio y que no han sido analizados. En este sentido, apuntó que el ayuntamiento procederá a hacer catas en las dos zonas donde se han localizado: una a la altura de las taquillas y otra cerca del centro de transformación eléctrica.

Llegados a este punto, ZeC quiere regularizar las condiciones en las que el club usa este equipamiento municipal, "como hizo Luis Fernanda Rudi en 1997". Porque lleva muchos años sin pagar el canon y sin asumir un mantenimiento que "es competencia suya". O al menos, normalizar una cesión de uso que el anterior Gobierno socialista quiso rubricar por 75 años a final de la legislatura pasada a cambio de un canon de más de 230.000 euros anuales, lo que ahora cuesta arreglar el campo.

Porque otro de los datos llamativos referidos a La Romareda es que la última firma de la que hay constancia en el ayuntamiento es la del convenio que finalizó "en el 2003" (el que firmó Rudi en 1997). El resto ha sido una prórroga de facto en las mismas condiciones de siempre.

TRECE AÑOS

De hecho, de esa misma fecha data la última gran reforma del estadio: ese año el ayuntamiento pagó más de 866.000 euros y el club el resto, hasta más de 1,62 millones de inversión--"pero con una subvención municipal", apostilló Muñoz--, para un campo que ha recibido pocas reformas de envergadura en sus casi 60 años de historia.

Ahora, el ayuntamiento se ofrece a ejecutar las mejoras urgentes, por seguridad, de forma subsidiaria, y pasando por alto algo que ya se estableció en aquel convenio con Rudi en 1997 de la que poco o nada se ha dado cuenta hasta ahora. Entonces se acordó con el club que abonaría diez millones de pesetas anuales en obras de ampliación, mejora, modernización, adaptación o refuerzo del inmueble o sus instalaciones.

También ir acordando un plan de actuaciones o que el club se decida a apostar por una reforma integral que tendrá que salir a coste cero para el ayuntamiento. Porque, según advirtió el responsable de Urbanismo del consistorio, "los 25 o 35 millones que costaría es algo minúsculo para entidades que han llegado a tener 40 de presupuesto para una sola temporada".