El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reafirmó ayer su compromiso con la Expo 2008, pero esta vez lo hizo en Zaragoza y ante los representantes políticos y empresariales de Aragón. En una visita relámpago, Zapatero garantizó la financiación y los plazos de la muestra y apeló a la "responsabilidad" para lograr el éxito antes y después de la cita internacional.

El líder socialista se desplazó a la capital aragonesa junto a la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, para visitar el meandro de Ranillas, el emplazamiento elegido, y almorzar con los empresarios que apoyaron la candidatura. No dijo nada que no se supiera ya, pero avaló el proyecto con su presencia y dio por hecho que Zaragoza estará "a la vanguardia del siglo XXI".

Rodríguez Zapatero estuvo acompañado en todo momento por el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, y por el alcalde, Juan Alberto Belloch, con quienes oteó Ranillas y se desplazó luego a la Casa Consistorial para presidir un consejo rector de la Expo y el posterior almuerzo.

Belloch también dio por sentado que se llegará a tiempo y se mostró reivindicativo al reclamar al vicepresidente económico, Pedro Solbes, que entienda, "por una vez, de sueños" y avale con dinero las grandes actuaciones. Iglesias se mostró reconciliador y prefirió hablar de la Expo como la gran oportunidad para recuperar la confianza aragonesa. "Llevábamos dos siglos que no nos iban bien las cosas", sentenció.

IMPLICACION TOTAL En su discurso, el presidente del Gobierno central remarcó la necesidad de lograr el éxito en la Expo, para lo que ya dio por hecho la implicación de las tres administraciones, "cada segundo", durante los tres años que restan. "Asumimos la responsabilidad de que todo funcione en su momento y de la forma más eficaz para que cuando empiece la Expo todo sea como se ha previsto, para que no falte ni sobre nada", añadió.

Tampoco se olvidó de advertir la necesidad de que el éxito se prolongue al día después de la cita internacional, para lo que reclamó implicación empresarial. También pidió transparencia a las compañías que participen en el proyecto.

Zapatero estuvo precedido en los discursos por Belloch e Iglesias. El alcalde explicó la preocupación existente en la ciudad por los exiguos plazos, pero se mostró convencido de que se llegará a tiempo y de que se harán las cosas "bien" como, dijo, se ha hecho "desde el principio". Tras destacar el apoyo empresarial, aprovechó para vender la ciudad como el mejor lugar para invertir: "Esta es una excelente oportunidad de negocio".

El presidente aragonés sólo tuvo palabras de agradecimiento para el Gobierno de Zapatero, cuya presencia en Zaragoza entendió como el símbolo de una nueva etapa para la comunidad. Recordó que el presidente español paralizó el trasvase del Ebro e impulsó la candidatura de la Expo, hitos con los que entendió que se pone fin "a dos siglos de dificultades". Iglesias explicó que la muestra es una de las diez grandes actuaciones que impulsa Aragón en estos momentos. "Es un proyecto fundamental para volver a confiar en nosotros mismos", resaltó.