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TRIBUNALES

Un guardia civil, juzgado por presuntos abusos sexuales a su hija de 3 años

El acusado lo niega tajantemente y los peritos están divididos sobre si hay pruebas o no

Un guardia civil, juzgado por presuntos abusos sexuales a su hija de 3 años

Un agente de la Guardia Civil destinado en Daroca, A. G., ha comparecido este miércoles ante la Sección Tercera de la Audiencia de Zaragoza acusado de cometer abusos sexuales en la persona de su hija biológica, de 3 años, en el mes de septiembre del 2015. Este supuesto delito, por el que se enfrenta a una petición fiscal de cuatro años de prisión, fue denunciado por su exmujer, de la que se había separado "de manera conflictiva".

"Se trata de una denuncia falsa, todo es mentira", ha declarado el acusado a preguntas de su abogada, la letrada Charo Álvarez, que pide la absolución. "Me ha denunciado ocho o diez veces", ha asegurado el imputado, que ha precisado que una de ellas, al margen de los abusos sexuales, fue por violencia machista.También ha dicho que sufrió un aborto inducido tras sufrir una paliza.

La madre de la niña, que ha declarado detrás de un biombo, ha manifestado que se enteró de lo sucedido por la pequeña. "Mi hija, que llevaba un tiempo muy arisca, me dijo un día: 'Papá me quiere meter el pito'", ha declarado la progenitora. En su opinión, los presuntos tocamientos empezaron a raíz del establecimiento de un régimen de visitas e incluyeron "penetración anal y vaginal".

La madre del acusado ha manifestado que su nieta confunde a su padre con otros novios de su madre y que esta solo pretende que "los abuelos no veamos nunca a nuestra nieta".

El parecer de los peritos está dividido sobre la cuestión de si hubo violación o no, dado que las pruebas son muy débiles. Un médico ha ratificado un informe según el cual "no hay ningún dato médico, orgánico, fisiológico o psicológico que dé pie a pensar que pudo haber abusos sexuales".

Una pediatra que atendió a la niña en Guadalajara, donde fueron dados a conocer los hechos en un punto de encuentro, ha precisado que se trata de "una sospecha" de la que ella no puede concluir que se produjera una agresión sexual. En la exploración física apareció una lesión eritematosa (un enrojecimiento de la piel en la zona genital), pero que esta puede deberse a varios motivos: una agresión sexual, una marca producida al rascarse o una consecuencia del estreñimiento. Además, ha añadido que presentaba "dilatación rectal". "Esto me infundió sospechas y por eso derivé el caso al juzgado", ha continuado la pediatra, que ha añadido que también detectó incontinencia fecal.

Sin embargo, un ginecólogo ha descartado que hubiera penetración y ha dicho que el himen estaba íntegro, si bien no se puede por ello concluir que no hubo abusos sexuales. Unas psicólogas que examinaron a la pequeña en Guadalajara han dicho asimismo que no se puede ni confirmar ni desmentir la violación y se han referido a una grabación del padre donde la pequeña afirma; "Pollito me mete el pito", en referencia a un compañero de la madre.

Tres expertas del Instituto Nacional de Toxicología han informado de que "no se detectaron restos celulares de varón en la niña". Y una psicóloga de Zaragoza ha afirmado que A. G. es "un hombre absolutamente normal" que no encaja en los rasgos de los abusadores primarios y secundarios.

Por otro lado, los forenses que examinaron a la pequeña han concluido que su relato presenta "un alto grado de credibilidad" y que del resultado del tacto rectal no se descarta que pudiera haber habido una agresión sexual.

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