La oferta pública de guarderías es "totalmente insuficiente", según la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Aragón (Fapar). En este curso 2001-2002, en Aragón están escolarizados 4.909 niños, pero menos de la mitad (el 41%), disfruta de una plaza en alguno de los centros del Gobierno de Aragón o de los ayuntamientos que disponen de este servicio. Teniendo en cuenta que se trata de una enseñanza que no está concertada con los centros privados y que por lo tanto la diferencia de precios entre las guarderías públicas y las privadas es notable, Fapar pidió a la Consejería de Educación que haga "un esfuerzo" por incrementar el número de escuelas públicas para niños menores de tres años. Si no se tienen en cuenta las plazas municipales, la oferta pública se reduce aún más, ya que las once guarderías de la DGA escolarizan este curso a 776 niños, un 15% del total. Son datos facilitados por el Departamento de Educación en una comparecencia ante las Cortes que ponen de manifiesto el peso de la oferta privada en esta enseñanza. La presidenta de Fapar, Teresa Paniello, destacó a este diario que numerosos padres tienen "muchos problemas" para costear la guardería de sus hijos y para conciliar su vida familiar con la laboral. Por eso, recordó que en el Pacto por la Educación firmado por esta organización y otra veintena de colectivos con la consejería uno de los objetivos prioritarios es la creación de una red de escuelas públicas de Infantil. La vía que ha elegido el departamento de Eva Almunia para confeccionar esta red es llegar a acuerdos con los ayuntamientos que disponen de guarderías. La Administración autonómica se haría cargo de las cuestiones relacionadas con la docencia y con el profesorado y los municipios se ocuparían de las infraestructuras y de su mantenimiento. El objetivo es transformar todas las guarderías en escuelas infantiles que cumplan los requisitos de calidad fijados por la LOGSE. El plazo para que todas las guarderías se adapten a las exigencias de la ley expira en octubre de este año, aunque desde la consejería ya se ha anunciado que va a haber flexibilidad para incorporarse a esta nueva situación. De momento, hay tres guarderías municipales que se han reconvertido en escuelas LOGSE, las de Villamayor, Biota y Sallent de Gállego, aunque la directora general de Centros, Natividad Mendiara, aseguró a este diario que se están tramitando 14 peticiones. De todas formas, la escasez de la oferta pública y el coste económico no es el único problema del que se quejan los padres. También les atormentan los horarios. Ahora, los centros públicos para menores de tres años abren sus puertas a las nueve de la mañana y las cierran a las cinco de la tarde, un horario que no se adapta a las exigencias del trabajo de muchos padres. Para el curso que viene, la consejería tiene la intención de prolongar este horario en dos horas, de ocho de la mañana a seis de la tarde, e incluso baraja estirarlo hasta las siete (además, las guarderías sólo cerrarán en agosto). Su objetivo es que los padres lleven a los niños a la guardería cuando quieran, de una forma más flexible, para compaginar trabajo e hijos. Esta medida es aplaudida por Fapar, aunque ha despertado recelos entre los trabajadores de las guarderías de la DGA, que exigen más personal para atender esta ampliación. Además, algunos dudan de que sea efectivo. "Para que se beneficien más padres, habría que abrir los centros hasta las ocho de la noche, por lo menos. La diferencia entre cerrar a las cinco o a las seis no va a afectar a mucha gente", aseguró la directora de una guardería del Gobierno aragonés.