La ocupación en las estaciones invernales pirenaicas se animó a partir de ayer debido al buen tiempo y a que la mayoría de los complejos han doblado la superficie esquiable tras las últimas nevadas. La llegada de grupos organizados de turistas ofrece buenas perspectivas para estas semana. En Astún se habían registrado a las once de la mañana de ayer 5.500 entradas que disponían de 17 kilómetros esquiables con 14 remontes en funcionamiento. La ocupación hotelera en el sector era buena, tras la deficiente jornada del sábado. Aunque la presencia de esquiadores no es tan masiva como el año pasado en estas mismas fechas, la tónica del resto de las estaciones pirenaicas era similar por las previsiones de buen tiempo y una nieve polvo y dura de alta calidad. En el centro invernal de Candanchú había 25,5 kilómetros hábiles para el esquí, frente a los seis del anterior fin de semana y la ocupación de las pistas se estimaba al 65% de su capacidad, con una excelente calidad de la nieve, lo mismo que ocurría en Cerler, donde estaban abiertas 17 pistas con 15 kilómetros esquiables y 13 remontes en funcionamiento. Fuentes de la estación de Formigal señalaron que la apertura de las pistas de Anayet había animado a los esquiadores, que doblaban el número del pasado sábado, con una superficie esquiable de 20 kilómetros, frente a los nueve de la semana anterior. En la vecina estación de Panticosa, se detectó la llegada de numerosos grupos organizados de esquiadores nacionales y extranjeros, principalmente ingleses, que disponían de 20,2 kilómetros de pistas esquiables y 12 remontes en funcionamiento.