El primer día del corte del paseo Independencia de Zaragoza se saldó ayer sin grandes agobios de tráfico, aunque los desvíos provocaron el desconcierto de conductores y usuarios del autobús urbano y hubo problemas puntuales de congestión del paseo Constitución y paseo Pamplona en las horas punta. El puente de San Valero contribuyó a moderar la amenaza de atasco y tuvo que ver también con el descenso del paso de vehículos, calculado en un 20%. El el plan diseñado por el ayuntamiento para minimizar el impacto de las obras en el tráfico no pasará su prueba de fuego hasta mañana miércoles, primer día laborable tras el paréntesis festivo. El corte del paseo entre las calles Cádiz y Cinco de Marzo se hizo efectivo a las 9,30 de la mañana. A esa hora, 11 líneas de autobuses emprendieron sus recorridos alternativos por Constitución-La Mina y por paseo Pamplona-César Augusto y el tráfico privado sólo pudo llegar hasta Santa Engracia desde la plaza Aragón. La excavadora comenzó a picar por la tarde para levantar el asfalto y preparar una excavación arqueológica que se prolongará durante cuatro meses. Después seguirá la construcción del aparcamiento subterráneo y la ampliación de aceras. En total, Independencia permanecerá impracticable durante trece meses, hasta mayo del 2003. Pese a la escasez de problemas registrados en la primera jornada del cierre del paseo, los grupos de la oposición en el consistorio vaticinaron dificultades que irán en aumento a medida que avance la remodelación y comience el resto de las obras previstas en la ciudad. El grupo municipal de CHA se mostró especialmente crítico e insistieron en que la planificación de los trabajos se ha hecho "mal y con prisas". "Esto es un polvorín que va a estallar --dijo el portavoz nacionalista, Antonio Gaspar-- y ya veremos cuanto aguantan los ciudadanos con los autobuses desviados a 600 metros". El problema fundamental, precisó, se dará en el transporte público "que es precisamente la responsabilidad del ayuntamiento".