La dirección del colegio público Hermanos Marx, en el barrio del Actur, lleva reclamando desde hace más de dos años al consistorio la colocación de una valla que separe la entrada de este centro del instituto Tiempos Modernos. Según explicó la directora, Montse Angós, la ausencia del vallado permite la entrada de alumnos de los dos centros educativos a un acceso exclusivo para vehículos. De hecho, la zona se ha convertido en un punto de tanto riesgo que TUZSA se ha negado a acceder con los vehículos para minusválidos al colegio hasta que el ayuntamiento coloque de nuevo la valla que impida la entrada de los peatones.

A pesar de que el espacio está correctamente señalizado, "los padres y los alumnos lo utilizan de manera habitual". Por este motivo, la directora explicó que existe un riesgo justificado de que ocurra algún accidente grave. "Los niños pequeños que se escapan de su madre corren por esta vía a la vez que acceden los vehículos", destacó la directora, que teme por la seguridad de los alumnos. "Antes estaba la valla y no había ningún problema", apuntó.

MEZCLA EXPLOSIVA Tanto los alumnos del instituto como de la Escuela Oficial de Idiomas utilizan este espacio para entrar y salir. Además, hay que sumar los vehículos que realizan tareas de carga y descarga, así como vecinos que buscan un aparcamiento en la zona e incluso personas que practican deporte, dado la amplitud del espacio. Esta mezcla explosiva se podría solucionar con una simple valla que haga cumplir la normativa municipal, explicó Angós. El año pasado, la dirección del colegio consiguió la autorización para construir el cercado en Obras y Equipamientos del ayuntamiento. Sin embargo, hasta la fecha nada ha cambiado.

Ante las continuas quejas del personal docente, la Junta Municipal de la Margen Izquierda solicitará al equipo de Gobierno la reposición urgente de la valla que hasta hace unos años separaba ambos edificios y evitaba, de este modo, el acceso de los peatones. El presidente de la junta y portavoz del PAR manifestó al respecto: "El ayuntamiento debe tomar cartas en el asunto de manera inmediata, ya que la solución es completamente viable y el problema puede afectar a la seguridad de los escolares". Además explicó que la junta, que en el 2001 ya financió una valla de separación entre los niños y el bus escolar, no puede hacerse cargo de la instalación del cercado. Sin embargo, "la obra no puede retrasarse más tiempo", destacó Blasco, "si hay un accidente luego vendrán las lamentaciones".

En este sentido, recalcó: "Espero que el ayuntamiento y la DGA no se pasen la patata caliente de las competencias a la hora de ejecutar esta actuación".