CiU exhibió ayer ante 115 alcaldes y ediles de la formación nacionalista reunidos en Tortosa (Bajo Ebro) las líneas maestras de la estrategia que piensa desarrollar en la campaña electoral para reconciliarse con los sectores antitrasvase, muy críticos con el apoyo de la formación al Plan Hidrológico Nacional (PHN).

Consciente de la necesidad de borrar la imagen de las tensas movilizaciones de los antitrasvase en el sur de Tarragona, CiU quiere reconducir las críticas de algunos de sus simpatizantes y afiliados, como Rafel Lluís, presidente de la patronal en el Ebro que abandonó el partido con duras recriminaciones por su posicionamiento sobre el PHN.

Francesc Sancho, delegado de la Generalitat en la zona y una de las personas más cuestionadas, rechazó ayer la calificación de "traidores" que han tenido que oír insistentemente en las manifestaciones de la Plataforma en Defensa del Ebro.

Inma Juan, alcaldesa de Deltebre, leyó un manifiesto firmado por 600 cargos catalanes con tres puntos básicos para CiU: la defensa del plan integral de protección del Delta del Ebro (PIDE), no al Pacto del Agua de Aragón y sí al trasvase del Ródano.

La citada plataforma calificó de "cortina de humo" el acto de CiU, convocado "para esconder a los ciudadanos su apoyo firme y desvergonzado al PHN ante la perspectiva de una muy posible derrota electoral".

También en Tortosa, las juventudes de CHA y las de Esquerra Republicana de Cataluña organizaron actos contra el trasvase.