En Aragón un total de 123 enfermeras trabajan en dispositivos de salud mental, una cifra que, según el Sindicato de ATS de España (SATSE), es escasa. La ratio de profesionales de psiquiatría que trabajan en centros no hospitalarios en Aragón es menor que en el resto de Estado --46% de enfermeras en España frente a un 32% en Aragón--, lo que según el sindicato demuestra la escasez de recursos para la atención en la comunidad y, especialmente para ayudar a las familias.

La DGA prevé un incremento de 43 enfermeras en salud mental en los próximos años hasta el 2010, según se recoge en el reciente Plan estratégico 2002-20010 de Atención a la Salud Mental en la comunidad autónoma de Aragón .

"Este plan nos parece positivo pero creemos que se ha quedado un poco corto. La propia administración reconoce que aunque estamos en una situación media respecto al resto de comunidades, lo cierto es que el nivel en España es inferior al de otros países europeos", afirmó Pilar Navaz, secretaria de Estudios y Formación de SATSE.

Las plantillas de ATS se distribuyen del siguiente modo: en centros de salud mental, 20; en Unidades Infanto-juvenil, 4; en Unidades de Corta Estancia,50; en hospitales Psiquiátricos, 46,5 y en centros de día, 4.

REACCIONES En este sentido, Navaz aseguró que el aumento de plantilla que se prevé es insuficiente, así como el número de dispositivos que existen, sobre todo los de larga estancia y de reinserción. Y ésta es una demanda de profesionales y de usuarios y sus familiares, que tras pasar periodos ingresados en hospitales, "cuando salen, se encuentran desprotegidos", lamentó.

Esta reivindicación fue analizada y puesta de manifiesto durante la celebraciónde las primeras jornadas aragonesas de Enfermería en Salud Mental, organizadas por la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería y por SATSE y en las que participaron además de miembros del SATSE, representantes de la DGA y del Ministerio de Sanidad.

Isabel García, enfermera en el hospital Psiquiátrico de la capital aragonesa, recordó la escasez de plantillas cuando "todos los ciudadanos somos potencialmente enfermos mentales".

De hecho, entre un 15 y un 25% de la población mayor de 14 años padece algún tipo de trastorno mental susceptible de intervención especializada en alguna etapa de su ciclo vital, según la Organización Mundial de la Salud.

"Hace 20 años hubo una reforma psiquiátrica con el objetivo de implantar un modelo de salud mental comunitario, de devolver y mantener al enfermo mental en la comunidad, pero las familias, si existen, están envejecidas y cansadas, los centros de salud mental están sometidos a gran presión asistencial, hay listas de espera para ingresar en unidades de larga estancia y los recursos intermedios deben crearse o definirse como tales y, es frecuente hallar camas cruzadas en las unidades de agudos", apuntó.

Desde SATSE se considera además que los rápidos cambios sociales (inmigración, nuevos tipos de familias, cambios de roles..) económicos, políticos y medioambientales a los que está sometida la población en general determinan, entre otras consecuencias, un incremento de enfermedades psicosomáticas, trastornos emocionales y aumento de las toxicomanías.