Dionisio no entiende que se pueda vivir sin agua ni vertido a cinco kilómetros de Zaragoza y asegura que la situación es "injusta". Además, considera que antes de optar por construir nuevos equipamientos debería completarse la infraestructura básica del barrio. Un aljibe y una fosa séptica sirven para dar habitabilidad a la casa de Dionisio, aunque siempre deben estar pendientes de estos equipamientos. El agua la reciben del ayuntamiento, aunque también la cogen de la acequia, en cuyo caso la cloran, pero "para beber y hacer la comida la compramos, porque no nos fiamos". Asimismo, explicó que un corte de luz supone también un corte de agua, porque no funciona la bomba de impulsión.